《88》

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En sus momentos libres Maya comenzó a intentar investigar quien había sido Misteriosito, quien había sido aquel chico que la había hecho sentir tan bien por tanto tiempo, no sabía como descubrirlo, pero lo haría.

Sus momentos libres pasaron a tener horario, dos veces por semana se empecinaba solo es la búsqueda de Misteriosito.

Dos veces a la semana pasaron a ser cuatro.

Cuatro días pasaron a ser toda la semana.

Maya tenia un grado de infelicidad tan grande que sus días se trataban solo de buscar a aquel chico que le había sacado sonrisas incluso sin conocerlo, o quizás si.

Tres meses, tres meses buscándolo y todo indicaba que no existía.

Pensó en solo llamar a la única persona de la que llegaba a sospechar que tenía la identidad de Misteriosito.

Marco su numero, dudando de su misma respiración.

Un segundo antes de que se rindiera alguien contesta, su voz sonaba un tanto agitada, pero unos segundos después se calmo.

-¿Lucas?

La respiración ceso. 

-¿Maya?

-Ho...hola.-seguía dudando, habían terminado muy mal, le sorprendía que incluso siguiera estando en linea y no le haya colgado.

-¿Qué quieres?- la frialdad abundo en una cantidad inmensa.

-Quería preguntarte algo, una duda que tengo hace un tiempo...

-Habla, no tengo mucho tiempo.

Maya cerro los ojos fuertemente mientras unas lagrimas caían sin intensión, no quería quebrarse, pero le estaba costando demasiado.

-¿Tu eras Misteriosito?

Esperaba un no, porque tendría esperanza de encontrar al que le había alegrado tantos días, pero también dentro suyo presentía un si, y la tristeza de que habría perdido a las dos personas en su vida que había logrado sacar lo mejor de ella, en una.

-Si, era yo. ¿Eso era todo?

El corazón de Maya se partió en muchos pedazos desparramados en aquella oración plasmada de frialdad.

-Si, lamento molestarte, adiós.- Lucas corto.

Maya soltó el teléfono y lo dejo caer en el frió suelo. Las lagrimas comenzaron a salir mas rápido. ¿Conoces ese sentimiento donde tienes la sensación de que tu corazón se arruga, se paraliza? Ese momento en el que comienzas a temblar, tu estomago se entumece, sientes que tu cabeza estalla. 

Así se sentía Maya, y peor.

El único chico que la había amado, que realmente la había amado.

Y no es como ahora, que la palabra "te amo" ha perdido el sentimiento completamente, un "te amo" sincero.

La amaba como se ama a aquella persona que hace de tu día algo especial, ese alguien que al despertar dices "deseo verlo hoy", ese alguien que se preocupa por ti. Todos lo hacen de diferentes formas, tu solo tienes que estar atento a los detalles.

Maya se dejo caer, dejo impactar sus rodillas con el piso, y le dolió, pero nada le dolía mas de lo que aquella fría confesión le había dolido.

Maya se sentía vacía, y ya nadie podía ayudarla.


texts [en edición]Where stories live. Discover now