《56》

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-Oh, el es...¿tu primo?

-Si, que creías?

-Nada, nada-menciono riendo nerviosamente, Maya lo notó, pues Lucas no era muy bueno mintiendo, mucho menos con ella, pero lo dejo pasar.

-De acuerdo-menciono lentamente.-¿Como haremos para hacer que Farkle nos cuente que pasa?

-Fácil, vamos a su casa sin aviso previo.-dijo como si fuera lo mas simple del mundo.

-¿Desde cuando?-exclamó Maya sonriendo, algo que en realidad parecía mas una mueca.

-¿Que cosa?

-Desobedeces, o algo por el estilo.

-Esto se trata de Riley, lo hago por ella-dijo como si fuera obvio.

Maya sintió una leve puntada en el pecho, como si algo dentro de ella comenzara a quebrarse. Pero se recordó a si misma que de todas formas jamás pasaría, que de todas formas no funcionaria.

-Cierto-musitó dolida.

Lucas lo notó y pudo imaginar la situación, trato de retractarse, pero era muy tarde, el daño estaba hecho.

En medio del tan incomodo momento, Maya abrió la puerta, esta vez mas decidida que Lucas, pues el seguía culpable por el sentimiento que había causado en Maya.

-Pues vamos entonces.

Al dirigirse a la casa de Farkle, Lucas, tocó la puerta dudoso, pues haber tocado los sentimientos de la rubia había causado un extraño sentimiento en el.

-¡¿Quien es?!- la notable voz del padre de Farkle se escuchaba tras la gran puerta de la mansión.

-Lucas y Maya-gritó dando una rápida mirada a Maya, la cual asintió dando a entender que todo estaría bien.

Lucas, como era de esperar, creyó en ella, depositando confianza en si mismo. 

La puerta se abrió dejando ver al padre de Farkle con una camisa blanca y unos pantalones de traje.

-Hey-pronunció Maya, con un tono un tanto amigable.

-Hola chicos, que agradable sorpresa, Farkle y Riley están arriba, pasen.- abrió mas la puerta, demostrando su aprobación para que aquellos adolescente entraran en su hogar.

Lucas y Maya se miraron de reojo y entraron a la residencia. 

texts [en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora