《85》

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La mayoría de gente con dinero no es diferente a los estereotipos ya conocidos.

Todos saben que tienen dinero, por el simple hecho de que ellos se encargan de que todos sepan.

Porque tener dinero facilita mucho vida, más si eres adolescente.

Pero Farkle no era así.

A Farkle no le importaba pertenecer, cosa que haría si los demás se enteraban de su situación económica.

A Farkle nunca le había importado realmente.

Porque el ya tenía amigos que lo llenaban, eran tres personas que siempre estaban presentes, tres personas que lo hacían olvidarse de todos.

Y la innecesidad de que todos sepan su situación, hacia que en realidad pocos la conocieran, haciendo al grupo de amigos los únicos conocedores entre los estudiantes de la situación de Farkle.

Pero cuando su grupo se separó, cuando la chica rebelde cayó en depresión, cuando su mejor amigo se fue, dejando todo atrás, cuando la chica que le gustaba, aquella chica perfecta, había caído en aquel agujero negro, cuando todo se derrumbó, el dinero se vio terriblemente tentador.

El aroma a billete la gustaba cada vez más.

Y de repente si le importo, de repente si se vio con la necesidad de hacer a conocer su situación, porque, de repente, se sintió vacío, y pensó que quizás el dinero podía cambiarlo.

Farkle había caído en la tentación del niño rico.

El era el que montaba fiestas todos los fines de semana, aunque nunca le habían gustado realmente, siempre eran las mejores.

El era el que invitaba a comer en su nuevo "grupo de amigos superficiales" porque podía y no le importaba realmente gastar dinero en un grupo de personas que no quería ni lo más mínimo.

El era el que había comenzado a salir con una chica superficial, que lo quería por su situación económica, incluso cuando sabia que lo estaba usando. De todas formas no se sentía mal, porque sabía que el la usaba también, la usaba para llenar la ese vacío, que si bien no lograba llenar, era algo.

Nadie llenaría ese vacío, porque la única chica que lo hacía, ya no estaba.

Porque aquella chica superficial no era dulce, no era inocente, no era buena.

Aquella chica superficial no era Riley.

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