Danganronpa Kirigiri - Novela Español (pausada)

Capitulo 1: Asesinato En El Observatorio Sirius (Parte 2)

Por el momento, la dejé atrás y crucé el pasillo. Fui a buscar la habitación más cercana. La puerta estaba ligeramente abierta. Lentamente lo abrí más. 

Las luces estaban encendidas en la habitación. Las cortinas estaban corridas, así que todavía no podía ver lo que estaba pasando afuera. Había un bulto en forma de persona en las mantas de la cama. Alguien está durmiendo. Probablemente uno de los otros detectives. Por lo que pude ver desde la entrada, parecía que estaban durmiendo muy pacíficamente. 

-Sin tomar una sola respiración.

Me acerqué vacilante a la cama y miré por encima. Había un hombre allí, mirando al techo con la boca ligeramente abierta. Estaba bastante seguro de que había dicho que se llamaba Eigo Amino. 

Era un detective practicante de unos treinta y tantos años. No mostró signos de fijarse en mí, con los ojos entreabiertos y profundamente dormido. 

"Um ... Perdón por molestarte mientras tratas de dormir", intenté llamarlo. No hubo respuesta. Podría decir que no serviría de nada sin importar cuántas veces intenté llamarlo. De alguna manera, incluso cuando acababa de entrar en la habitación, el aroma de la desesperación ya se había extendido por mi camino. 

Estaba inmóvil, con los ojos abiertos. 

Reprimí frenéticamente el deseo de gritar, extendiendo lentamente mi mano para agarrar la manta y sacarla con cuidado ...

Fue entonces cuando su cabeza se volvió hacia mí. 

Mi cabello se erizó, y salté. Su cabeza rodó hacia el lado de la cama, deteniéndose cuando la punta de su nariz se presionó contra el colchón. En general, no podrías voltear tanto el cuello sin cambiar el resto de la postura, pero no había signos de que algo se moviera debajo del cuello. En cambio, era solo su cabeza en una posición descaradamente extraña. Una vez que quité la manta, la razón fue muy clara. 

Su cuello había sido cortado de su cuerpo, decapitándolo. 

Debajo de la manta, había sangre por todas partes, prácticamente quemando mis retinas con el color rojo brillante. Aparté los ojos como si tratara de dejar que el color desapareciera de mi visión, alejándome de inmediato.

Mi cuerpo comenzó a temblar por su propia voluntad. Me sentí repentinamente frío. ¿Hubo un descenso en la temperatura? ¿O era porque había visto un repulsivo cadáver? Hacía tanto frío, y sin embargo, me cubrí de pies a cabeza con un sudor desagradable.