Capítulo 28

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-Yo... Yo... ¿Que está... Balbuceo. ¿Esta Lauren?

-No, me contesta, tan incomoda como yo. Pero ya no debe tardar.

Una ráfaga de celos me quema las entrañas - ella sabe su itinerario y yo no-, pero intento controlarme.
Primero evaluo con quién estoy tratando. La analizo discretamente mientras ella se balancea de un pie al otro, intentando esconder su vergüenza.

Mascarilla verdosa, cabello despeinada atado a una banda fluorescente, especie de pantalones deportivos sin forma y demasiado grandes para ella, pies descalzos acabados de arreglar y equipados con separadores de dedos. Todo esta completo.

Normalmente este tipo de cosas le pasan a chicas como yo...

Pero parece que no esta dispuesta a compartir conmigo.

En una novela habria encontrado a esta chica en ropa interior, con un sostén rojo y ligeros de encaje y no habria otra opción más que odiarla. Yo sigo examinandola. Esta chica es mucho mas peligrosa que una Barbie en tanga de hilo dental. Si está tan cómoda pasándose así en casa de Lauren, debo preocuparme.
Esto es cosa seria.

La rubia se disculpa una última vez y se va directo al baño. Yo espero y camino de un lado a otro durante algunos minutos, dudando en irme del hotel particular corriendo. Pero eso seria dejarla ganar.

-Lars, puede regresar a abajo, escucho a esa voz ronca y cálida que me enloquece.

¡Lauren!

Nos encontrara aquí. A las dos. Y... ¿escogera?

La princesa de ojos militar llega con su guarda espalda detrás de ella. Intercambiamos miradas. Su camisa blanca ligeramente desabotonada. Se ve muy guapa. La mujer blanca no parece sorprendida de verme aquí. Me muestra una sonrisa coqueta mientras su sombra maléfica me inspecciona de los pies a la cabeza.

Claro, escondo una metralleta bajo mi vestido...

Lauren se da cuenta de lo que está haciendo su guardia y dice:

-Lars, le dije que ya no necesitaba su servicio. Vaya con Anton.

-Bien, contesta finalmente el mueble de hielo y se va lentamente.

Desaparece al fin, después de mirarme una última vez y, milagrosamente, vuelvo a recobrar el uso de la memoria y del habla.

La rubia...

-Debí haberte hablado antes de venir para evitar este tipo de encuentros... Murmuré al ver a la princesa acercarse a mí.

-¿Cuales encuentros? ¿Lars? No es malo, en el fondo... Dice sonriendo.

-Creo que te estas confundiendo, a menos que Lars sea rubia y copa C, contesté. 

-¡Ah!, dice la canalla, deteniendoce a un metro de mi. Ya entiendo... Te encontraste con Kimberly.

-¿Kimberly? Tiene nombre... Balbuceo.

Lauren ríe internamente, cruza los brazos insolentemente y se muerde el labio mientras me mira.

-Parece que te diviertes mucho poniéndome celosa...

-Si, admito que es muy divertido.

-Dile que salga del baño, digo señalando con el dedo el cuarto donde ella se esconde.

-No es muy amable presionar.

-Lauren, estoy a punto de irme... Digo enojada dando un paso hacia ella.

-Para eso tendrás que pasar sobre mi primero, dice divertida acercándose más.

-Ni siquiera te darás cuenta de que me he ido. La segunda opción te espera en la ducha con una fresa en la boca... Contesto molesta.

La multimillonaria, y mi diario.(Camren g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora