El Indicado || OngNiel

Capítulo 19: Hermano

Pov. Minhyun

Al sonar la alarma me levanté rápidamente para preparar algo para comer durante el viaje y ordenar un poco, él seguía durmiendo.

De los sándwiches que había traído la noche anterior, solo quedaba uno, de seguro debió de despertar a mitad de la noche a causa del hambre.

-Al menos está comiendo- dije bajito mientras acariciaba su rostro- solo no vuelvas a esos días, por favor- quité el flequillo de su frente, procedí a tomar los restos de comida y salí de la habitación.

Preparé la comida para el viaje, además de limpiar y ordenar un poco la casa. Cuando todo estuvo listo fuí a despertarlo, sus ojos estaban un poco hinchados y lágrimas secas se lograban apreciar en sus mejillas.

-Iré a ducharme- fue lo único que dijo luego de pararse, se dirigió al baño sin decir otra palabra.

Yo también debía tomar una ducha, así que rápidamente bajé y entré al baño del primer piso.

El agua tibia caía sobre mi cuerpo y se llevaba algo de mi preocupación.

Cerré los ojos.

Llevaba tocando la puerta desde hace diez minutos pero nada, no quería abrirme.

-Seongwoo, ábreme- golpeé la puerta un poco más fuerte- sé que esto es difícil pero déjame ayudarte, ser el hombro en donde puedas llorar.

Nada.

Mi paciencia se estaba acabando, así que con unas cuantas patadas logré romper la chapa y entrar.

Mierda.

Él estaba ahí, sentado, mirando el techo como si fuera lo más interesante del mundo, de sus ojos caían lágrimas, muchas.

Pero estaba sonriendo.

Sollozaba y trataba de formar una sonrisa, la cual poco a poco término como una mueca.

-Él dijo que debía siempre estar alegre- dijo mientras giraba a verme- ¿Crees que me permita romper esa promesa hoy?

Corrí y le abracé.

-Claro que puedes, se ha ido- acaricié su cabello- pero no de tu corazón, él siempre estará cuidando de ti.

Sus sollozos aumentaron.

Cerré la llave de agua, salí de la ducha y me vestí rápidamente.

En el comedor, él ya se encontraba vestido con un poleron verde oscuro que le quedaba grande, jeans negros y unas zapatillas blancas además de su mochila, en su mano llevaba el traje.

Tomé las cosas que había preparado, las guardé en mi bolso, subí rápidamente a buscar mi mochila y busqué en su armario el traje de repuesto que él tenía, también debía estar presentable.

Bajé, tomé su mano y salimos al fin de su casa.

No solté su mano en ningún momento, ni siquiera cuando estábamos por abordar.

El viaje se hizo muy corto, demasiado corto.

No hablamos en ningún momento.

Al llegar a casa de su familia subimos rápidamente a la habitación de Seongwoo, la última vez que había venido había sido hace unos meses, todo estaba igual.

-No me despedí de él, Minhyun- dijo mientras se colocaba el traje- No lo hice.

-No sabías que esto pasaría, nunca pensaste que debías despedirte tan pronto.