Capítulo 6

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Control.

Control.

Control.

Repito la palabra en mi mente como un mantra porque cada día me cuesta más no enseñarles justo lo que con tanto esmero se empeñan en buscar en mí. Me resultaría tan fácil salir de aquí. Pero temo que sea eso precisamente lo que estén esperando que haga y que tengan alguna forma de retenerme a pesar de todo. Algún as bajo la manga del que no soy consciente. Así que sigo con mi mantra para no sucumbir a la tentación.

Control.

Control.

Control.

He perdido la cuenta de los días que llevo aquí encerrada. Al principio traté de controlarlo pero cuando me descubrieron, empezaron a sedarme durante horas solo para que al despertar no supiese el tiempo que había pasado. Tampoco sé si es de día o de noche porque me mantienen en las salas interiores de este inmenso lugar, donde no hay ventanas. Solo conductos de ventilación en los que no podría colarme aunque quisiese. A pesar de su tamaño, en ciertas ocasiones llego a sentir claustrofobia.

Pero sé que todo esto forma parte de su plan para mantenerme confusa y desinformada. Empiezo a tener una idea de cómo funcionan. Los estudio sin que se den cuenta de ello cada vez que me sacan del cuarto blanco donde me retienen. El mismo donde me desperté después de que me capturasen. El mismo donde estuve viviendo cuando no era más que una niña.

Todavía no lo recuerdo todo pero sí algunos detalles. Fragmentos de mi pasado que no creí que existiesen. Siempre pensé que habíamos pasado toda mi vida huyendo pero al parecer no fue así. Los primeros cuatro años vivimos en este lugar. Cuando ese hombre me dio la bienvenida, lo decía en serio. Este fue mi hogar una vez.

Sin embargo no tengo intención de quedarme mucho más. Cada vez que me llevan a algún lugar del complejo, trato de recopilar tantos detalles como puedo del recorrido para intentar encontrar una ruta de escape segura. Y debo hacerlo rápido porque si espero demasiado acabarán conmigo aunque matarme no entre en sus planes.

Al principio solo eran amenazas y algún que otro golpe con los que pretendían asustarme. O hacerme reaccionar. No lo tengo muy claro. Yo los soportaba bien, incluso los desafiaba a darme más fuerte solo para enfadarlos. Creía que se cansarían al no obtener los resultados que esperaban.

También les repetía una y otra vez que ya no soy como la niña de cuatro años que logró escapar con sus padres. Que lo que creían saber de mí era cosa del pasado. Pero claro, no se lo tragaron. Y su insistencia aumentó tanto como la fuerza de los golpes. En varias ocasiones consiguieron dejarme inconsciente.

Pero lo peor llegó después. Cuando entendieron que no iban a obtener nada de mí por más que me golpeasen, eligieron nuevos métodos más persuasivos, con la esperanza de romper mi resistencia y mi control.

Las descargas eléctricas son abrumadoras. Después de cada sesión apenas consigo mantenerme en pie, mucho menos pensar. Si así es como creen que perderé el control no podrían estar más equivocados. Cuanto más débil estoy, menos soy capaz de hacer. La concentración es parte vital en esto y me la arrebatan con las descargas. Al menos sé que no me delataré en ese estado de semiinconsciencia. Es un alivio.

-Buenos días, Neve - mi mandíbula podría romperse en cualquier momento de lo tensa que está. Aún así me mantengo inmóvil, con los ojos cerrados, fingiendo que sigo meditando aunque ya no sea capaz de hacerlo.

He aprendido a asociar esa voz con el odio y aunque me hable a través del espejo y no pueda verlo, recuerdo perfectamente su rostro. Día a día voy obteniendo nuevos retazos de mis primeros años de vida y en todos ellos está él. ÉL. No consigo recordar su nombre y eso me frustra más que cualquier otra cosa. Sobre todo porque lo usa en su propio beneficio.

Neve (Saga SEAL 1)Where stories live. Discover now