Neve (Saga SEAL 1)

Capítulo 7

Que no los haya matado él no lo redime en absoluto ante mí. Probablemente los habría usado sin ningún tipo de escrúpulo contra mí para lograr lo que se propone. Casi desearía que lo hiciese solo para saber que están vivos. Las cosas serían muy diferentes. Y mis ganas de escapar, mayores. Pero murieron y ahora estoy sola.

Durante dos años tuve que hacerme a la idea de que no volvería a verlos y aún así no perdí del todo la esperanza de que un día apareciesen con una explicación plausible para su ausencia, hasta que Vince me dijo que estaban muertos. Vince. Vince Solomon.

Su nombre viene a mi memoria de golpe y lo siento como un mazazo en pleno estómago. Tantas veces oí susurrar su nombre a mis padres cuando creían que estaba dormida. Tantas veces los mosntruos de mis pesadillas llevaban su rostro y su voz. Tantas veces despertaba llorando por su culpa. Hasta que aprendí a bloquear los recuerdos. El día que conseguí que terminasen las pesadillas, olvidé también su nombre.

-No creas que eso me consuela, Vince - le digo remarcando su nombre. Solo obtengo una sonrisa de su parte -. Habrías acabado matándolos igualmente como escarmiento para mí por no darte lo que quieres. Ambos sabemos que tarde o temprano me reuniré con ellos.

-Tú eres demasiado valiosa para mí, Neve. Jamás te mataría - pero no niega que lo habría hecho con mis padres.

-No te sirvo de nada si me niego a colaborar y no voy a colaborar porque no puedo hacerlo.

En realidad no quiero, pero eso no tengo porqué decírselo. Sé que nunca lograré convencerlo de que pierde el tiempo conmigo pero no dejaré de intentarlo. Así como él seguirá insistiendo con todo lo que tenga al alcance hasta que consiga romper mi resistencia. Yo simplemente intentaré huir antes de que eso ocurra.

-No te conviene seguir por ahí, Neve - suena amenazante aún cuando no levanta la voz -. No te mataré pero puedo hacer que desees estar muerta. Sulivan está impaciente por ayudarme con eso y mi propia paciencia tiene sus límites.

-La mía también - le digo.

-Eso espero, Neve - odio esa sonrisa de suficiencia que me muestra ahora y odio la forma en que pronuncia siempre mi nombre -. Ansío llegar al momento en que tu paciencia se agote. Entonces por fin veré de lo que eres capaz.

No digo nada porque no servirá de nada. Está dispuesto a todo para ganar y me consta que es un hombre sin escrúpulos. No le temblará el pulso al ordenarle a Sulivan que obtenga mi colaboración, por las buenas o por las malas. Y sé cómo lo intentará. Lo veo en su mirada.

-¿Y después qué? - le pregunto. Necesito que siga hablando conmigo para ganar tiempo -. Si consigues romper mi control, ¿qué harás?

-Seguir adelante, por supuesto. Claro que sería mucho más fácil que colaborases. Te pondría a prueba para ver hasta dónde eres capaz de llegar, te ayudaría a mejorarlo y potenciarlo. Podríamos aprovecharlo para...

-Habla en singular - lo interrumpo -. Tú podrías aprovecharlo. Yo no quiero.

-¿Me estás diciendo que en todos estos años tú nunca has...?

-Eres traficante de armas - lo acuso sin dejarle terminar la pregunta porque sé dónde acabará eso y no quiero confirmarle nada -. Tú nunca me usarías para nada bueno. Lo más probable es que acabases vendiéndome al mejor postor. Mis padres hicieron muy bien en ocultarme de...

-Tu padre era mi socio - ahora es él quien me interrumpe -. Él fue quien aumentó el capital. El que nos consiguió la fama. Era mucho más ambicioso que yo, Neve. No te equivoques. Si no fueses sangre de su sangre, te habría hecho cosas peores de las que yo te he hecho hasta ahora.