CAPITULO 7

39K 1.4K 77
                                    

AITANA

Salimos del restaurante, y nos dirigíamos a su casa. En todo el trayecto no pude desviar mi mirada de Katherine, que en todo el rato mantenía su perfecta sonrisa, no se si no se había percatado o simplemente estaba tan feliz como yo.

Llegamos al lugar; a decir verdad la casa era grande, era de esperarse. Katherine abrió la puerta y me dejó pasar primero, cerrando detrás de ella. Me adentré y observé el lugar unos segundos ya que escuché sus pasos acercarse a mí por detrás; deslizó sus brazos por mi cintura abrazándome a ella, sentí el roce de su pelvis en mi trasero. Apartó mi cabello para descubrir mi cuello y acariciarlo con su nariz y boca, susurrándome "te deseo Aitana", hizo erizar mi cuerpo completamente; pude escuchar su respiración que inundaba mis oídos. Yo me moría de ganas por que Katherine me hiciera suya, desde que la conocí había imaginado como seria este momento y quería que fuera perfecto. Di media vuelta para encontrarme con sus ojos dilatados, llenos de lujuria.

-hazme el amor Katherine, por favor. –pedí.

En cuanto termine de decir la última palabra, supe que no había vuelta atrás, aun así no quería retroceder el tiempo. De un momento a otro yacíamos en su habitación; me había acorralado en la pared, le encantaba tenerme así. La luz de la habitación era tenue, pero podíamos vernos claramente.

KATHERINE

La necesitaba; mi cuerpo pedía a gritos su contacto. Nos besábamos apasionadamente, su boca y la mía estaban hechas la una para la otra, encajaban a la perfección. Lamí su labio superior lentamente, dejando a su vez un rastro de saliva, mis manos descendían por su cintura, introduje mi lengua en su boca, y ella me permitió conocer el interior de esta; con sus manos iba desabrochando mi camisa para proseguir con mi pantalón.

Se giró para que yo pudiera bajar el cierre de su vestido, bastante fue mi sorpresa cuando descubrí lo que llevaba debajo de este; un lindo liguero negro con encaje que ella sabía lucir muy bien. Me quedé observándola, definitivamente debía de estar soñando, tanta perfección no podía ser de este mundo. Eso me dejo anonadada y Aitana lo sabía, ella estaba sonrojada, junto sus labios con los míos y eso me hizo volver en sí.

La tomé de los glúteos cargándola y sus piernas envolvían mi cadera, mientras sus brazos se posaban en mis hombros. La acosté delicadamente sobre la cama, quite sus zapatillas para después deslizar mi pantalón por mis piernas terminando en el suelo, todo lento y con sensualidad, teníamos toda la noche y apenas comenzaba.

Ella se había acomodado en la cama; subí en ésta, me acerqué hasta ella, separé sus piernas suavemente y me posiciones entre éstas, acostándome sobre Aitana pero sin dejar caer todo mi peso sobre ella; volví a unir nuestros labios, continúe besando y lamiendo su cuello, mordí levemente el lóbulo de su oreja, mientras que una de mis manos masajeaba lentamente uno de sus pechos, Aitana soltó un gemido que me indicaba que todo lo estaba haciendo muy bien.

AITANA

Se separó de mí, y pudo retirar mi brasier, miró mis pechos con ternura –oh Aitana tus senos son preciosos... -Katherine metió uno a su boca y lo lamió, chupó y succionó con pasión, alternándolo con el otro hasta dejarlos completamente erectos para su gusto, yo era un lio de jadeos y gemidos.

Bajó por mi abdomen deslizando su húmeda y suave lengua; con cada caricia me hacía estremecer. Se posicionó de rodillas entre mis piernas, sus dedos jalaron mis bragas deslizándolas por mis piernas, acarició la abertura de mi vagina con dos de sus dedos sintiendo completamente mi humedad, mientras mantenía su boca entreabierta, retiró los dedos de mí y los introdujo en su boca chupándolos completamente... -mmm sabes delicioso cariño; -Su rostro tomó por destino mi entrepierna, besó mis muslos; sentía su respiración caliente sobre mi sexo, me miró antes de comenzar a devorarme.

KATHERINE

Desinhibidamente di una larga lamida de abajo hacia arriba terminando en la punta de su clítoris, y pude degustar sus deliciosos fluidos. Noté como Aitana dio un leve brinquito y su audible gemido, la tomé por sorpresa; nunca antes había deseado tanto saborear algo y el valle entre sus piernas pedía ser probado de inmediato.

La devoraba con determinación; ella tomó mi cabeza y la hundió más en su sexo, mientras que introducía mi lengua en ella... -mmm... me encanta –ronroneó. Me introduje en ella; las paredes de su interior apretaron mis dedos. Muy estrecha, me encanta. Su espalda se arqueó al sentir mis dedos dentro; mi pulgar jugaba con su clítoris, ya estaba muy dura; entraba y salía de ella lentamente de primera instancia, pero mis embestidas aumentaron conforme ella me pedía más... -ooh cariño... si, justo ahí –gemía sin control; amo todas las expresiones de esta mujer, pero ahora que conozco las de excitación... no las cambio por nada.

Sabía que estaba por llegar al clímax, sus paredes se contraían; de un momento a otro me encontraba debajo de ella con la espalda sobre la cama; subió a horcajadas y se sentó sobre mi sexo, comenzó con un lento balanceo, de atrás hacia adelante, gemí ante su movimiento, continuaba y parecía tan natural en ella, se veía demasiado sexy en esa posición, sus hermosos senos se movían, sujete su trasero presionando su vagina hacia la mía, las dos gemíamos y sus ojos conectaron con los míos todo el tiempo; ella aumentó su velocidad...

–amor...me voy a venir! Ya no aguanto más... -

Dejó ir un largo y pesado suspiro, dándome como referencia que se había corrido, juntas llegamos al orgasmo, el mejor de mi vida si me lo preguntan.

Aitana estaba rendida sobre mí, me había hecho experimentar un orgasmo después de tanto tiempo; algunos atisbos de sudor acariciaban nuestra frente.

-Te amo Aitana, no te imaginas cuánto. –la bese suavemente, era la primera vez que se lo decía. Me miró sorprendida y me sonrió.

-Yo también te amo Katherine y me haces muy feliz. –Se giró dándome la espalda para que yo pudiera abrazarla y así entramos en un profundo sueño.


MI JEFAWhere stories live. Discover now