Capítulo Veintitrés: Decisión

Start from the beginning
                                    

—Yo cuidare bien de tú familia cuando no estés, y también de los idiotas. —Sonrió. —No siempre ibas a estar con Dogg y lo sabes. Todo cambia, podrás irte con miles de entrenadores nuevos pero Dogg siempre será el que confió en ti desde un primer momento y todo lo bueno que pase se lo deberás a él. — Ella subió la mano que tenía en el pecho del chico y le acarició el rostro.  — Sé que tienes miedo. —Le susurró, Axel sabía que lo había leído, por completo. — Y tenerlo está bien, pero lo que está mal es no enfrentarlo. Puedes hacerlo, estoy segurísima de ello.

Axel respiró hondo.

—Está bien. — Aceptó finalmente. — Le diré a Frank que sí.

El rostro de Sky se iluminó mientras se levantaba para mirarlo.

— ¿Enserio?  — Preguntó emocionada. Axel asintió con una sonrisa. — ¡Sí!, Vas a ver qué serás el mejor, te adoraran. — Dijo emocionada

Axel soltó una risa al ver que la chica estaba más emocionada que él. No se demoró en verse envuelto en un abrazo inesperado por parte de la chica que tenía a su lado, el con gusto la recibió mientras le comenzaba a acariciar.

—Lo que pasa es que yo te tengo fe. — Explicó la chica. — Y sé que algún día te darás cuenta de que yo tenía razón, tú naciste para luchar. — Casi prometió.

— ¿Estás segura de eso? ¿De qué nací para luchar? — Preguntó él, mirándola con intensidad.

Ella asintió de inmediato.

—Absolutamente. — Él le llevó su mano a la cara de la rubia y la atrajo hacía la de él para dejar un delicado beso que le removió los huesos.

Ella se acomodo en el pecho de él y se quedó ahí escuchando el corazón del chico latirle en el oído, escucharlo le daba tanta tranquilidad y la relajaba mucho, al punto en el que prácticamente la arrullaba.

—Sky. — Llamó el chico, ella hizo un sonido con la boca para hacerle entender que lo escuchaba. — Déjame levantarme cielo.

Ella hizó un movimiento con sus piernas echándoselas encima, como si quisiera aferrarse más a él. El pecho de Axel vibro al ver la acción de la rubia.

—Bebé, acaba de llegar la pizza. — Explicó Axel removiéndola un poco. —Créeme que prefiero quedarme así pero sé que tienes hambre y no voy a dejar que te duermas sin comer.

Ella medio abrió los ojos mirándolo desde abajo.

— ¿Cómo que ya llegó? — Preguntó desconcertada.

Él volvió a sonreír mirándola adormilada, se veía absolutamente tierna.

—Dormiste quince minutos. —Dijo el tomándola por sorpresa, ni se había dado cuenta en que momento se había dormido.

— ¿Ah sí? — Preguntó desconcertada.

—Sí, y el señor de la pizza está afuera. — Empezó a zafarse del agarre de la ojiazul. — No me demoraré nada, tranquila.

Con eso, ella lo dejo ir, él le dejo un rápido beso en la cabeza antes de coger su billetera y salir de la habitación. Sky sonrío, se sentía como hace mucho no lo hacía, se sentía en casa.





—No puedo creer que apenas te llegó el olor del pepperoni el sueño se te quitó de repente. — Axel negó con la cabeza.

Sky tenía un moño mal hecho, pues apenas Axel cruzó el umbral de la habitación ella le arrebató la caja de comida de las manos y sin esperar cogió el primer trozo que se le apareció en frente. Axel al ver que estaba despeinada le recogió el cabello para que no se lo untase de salsa de pizza; digamos que no había sido el mejor recogido pero funcionaba. 

MI RUBIAWhere stories live. Discover now