𝐖𝐀𝐓𝐄𝐑, gilbert blythe

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13| Sadness from the sky

Al día siguiente

ME ENCONTRABA SENTADA EN EL SILLÓN DE LOS BLYTHE, Gilbert estaba a mi lado con su cabeza recargada sobre mi escuálido hombro derecho, sus lágrimas eras cada vez menos, su respiración se había tornado lenta y por ende pesada, sus ojos marrones miraban hacia el suelo, su mano estaba mi muslo y yo la sostenía haciendo pequeños círculos en ella con mi pulgar. Todo estaba en silencio, nos preparábamos para ir a el entierro, unos hombres se habían llevado el cuerpo pero Gilbert aún no quería salir.

El sol era tenue por las nubes, el suelo estaba blanco al igual que los árboles, faltaban unas cuantas semanas para navidad, pero no se sentía así. Se sentía un vacío, el sentimiento que estas épocas transmiten no estaba, se había ido.

—Gilbert...— dije en susurro tratando de llamar su atención.

—Es hora, lo se. La gente está afuera, listos para despedirse. Pero no se si yo lo estoy— su voz sonaba triste y cansada.

Tome su mano de nuevo al levantarme y ambos fuimos hacia afuera, habían varias personas. Extraños. Personas desconocidas para mi, pero que en algún momento de su vida hablaron con Mr. Blythe, formaron parte de su vida como el en la de ellos. Eso nos daba algo en común.

Solté su mano, le di un beso en su mejilla y fui con mis padres que se encontraban más atrás, ahí estaba Jesse, Tessa y Joe. Abrace a Jesse, estaba muy serio. Tessa y Joe asintieron y mi padre me abrazo junto a Jesse. Por qué el sabía que yo necesitaba ese abrazo desde hace tiempo, también Jesse, y ese fue momento en que el hielo que nos separaba se rompía, esa barrera por fin era derribada.

Llegamos, habías unas lápidas aquí, no se notaban mucho por la nieve, bajaron el ataúd y el Padre dijo varias palabras, todo era silencio, como si fuéramos almas en pena.

Me separé de Jesse y mi padre, y fui hasta Gilbert, puse una mano en su hombro y el me volteó a ver, cada vez que lo veía de esa manera una parte de mi se retorcía un poco más, haciendo que algo en mi pecho doliera.

Al término de el entierro fui a casa de los Blythe, ya que Gilbert me había pedido un poco de espacio para despedirse, al entrar ahí estaba Anne, me senté junto a ella, sus cabellos rojizos estaban atados en dos simples trenzas bajo un gorro de lana gris , lo cual la hacía ver bastante linda.

—Maggie, ¿estás bien?

—No lo se, es decir, ¿como debería sentirme? ¿Mal?, por qué no lo me siento así, no siento de ninguna manera, no siento nada y no entiendo, yo...—mi voz se iba apagando— yo n-no, no se que hacer, no entiendo— mi respiración era normal, pero mi mirada estaba vacía hacia el piso y Anne me dio un abrazo ayudándome a sentirme mejor, puso su mano en mi espalda y la otra en mi cabello mientras yo escondía mi rostro en su cuello.