𝐖𝐀𝐓𝐄𝐑, gilbert blythe

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ESTABA ACOSTADA PLACIDAMENTE EN MI CAMA cubierta por las cobijas con lagrimas secas en mis mejillas, mi padre me había regañando, me había gritado, eso me hacía sentir fatal, lo había desobedecido y decepcionado. No me importaba la mujer ni su mirada retadora sobre mi, si por fuera que se casaran, no me importa si el es feliz por que no serlo yo también. Así que ahí estaba yo, acostada pensando en lo sucedido una y otra vez, reviviendo el momento haciendo infinito.

En cuanto pise la casa pude sentir las miradas posadas sobre mi, era mi padre y esa mujer. No decían nada por qué aún no pasaba completamente pero en cuanto cerré la puerta detrás de mi esperando lo peor comenzó todo. Primero usa lente vienen las preguntas, donde estaba, por qué y con quien. Trate de explicar pero ni siquiera se molestaron en escuchar, mi padre comenzó con regalos normales hasta llegar a los gritos. Me fui a mi habitación, no quería llorar pero me era imposible no hacerlo.

Una hora después de estar repitiendo los hechos mentalmente el sueño llegó por mi y me sumergí en el.
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Al dia siguiente desperte como de costumbre desde que tengo memoria, de un animo malísimo, luciendo fatal y con más ganas de morir. Pero aún así quite las suaves cobijas que me arropaban y me dispuse a comenzar un nuevo día.

Me aliste con mi vestido azul, me hice un molote de lado con mi cabello rubio, baje las escaleras, ignore a mi padre por completo, ni siquiera me tome la molestia de mirar y después me dispuse a salir al patio para esperar a Jesse para irnos juntos a la escuela, puede que este molesta con mi padre y la mujer de cabello negro pero Jesse no tenia la culpa de eso y no iba a hacerlo pagar por algo que el no hizo.

Nos dijimos un par de palabras y nada mas, ambos estábamos muy callados mas de lo normal, quiza ninguno de los dos estábamos de humor, ambos sabíamos que la situación estaba tensa y por tal nos sentíamos algo extraños.

Me sente en mi lugar solo como de costumbre, al final de la hilera de las niñas, sola.Tenía mi mejilla recargada en la palma de mi mano derecha, un pequeño mechón de cabello rubio caía por mi rostro y miraba mi mano izquierda juguetear con el gis escribiendo cosas sin sentido en mi pequeña pizarra.

De pronto Anne se sentó enseguida de mi, solo giré mi cabeza que estaba recargada en mi mano y está entabló una sonrisa cálida a la cual yo fruncí el ceño confundida.

—¿Anne?, ¿que haces aquí?—pregunte con el ceño fruncido y confundido, esta me dio otra pequeña sonrisa y ladeo la cabeza apuntando al grupito de Josie a quien mire y ellas nos observaban pero desviaron la mirada rápidamente—¿Que quieren?—hable seca.

—Mira, ellas son mis amigas y me dijeron que hiciera esto, mas no por mi cuenta,¿vale?— asentí, pobre Anne—Bueno ellas me dijeron que te dijera que no le vuelvas a hablar a Blythe con un montón de amenazas absurdas que creo que no son necesarias decir ya que no nos pueden oír— hablo.—así que creo que eso es todo, Margaret, adiós.—finalizo.