Aquella noche estrellada.

a)

❝epifanía❞.

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Así suelen ser sus mañanas, antes de que Ash se fuera se daban un beso de despedida.

Ash pone una mano en su mentón, el tacto no resulta muy cálido ya que las manos enguantadas del otro no se lo permitían.

Él sonrió de soslayo, se dio la vuelta y a paso moderado se alejó, Pikachu no iba en su hombro, el roedor les quiso dar privacidad así que él ya estaba una distancia considerable de la casa.

Ash salió, Serena lo vio irse, la luz que se colaba entre las cortinas blancas la tranquilizaban, pese a todo era un bonito día invernal, Serena se dirigió a su habitación, eligió una muda de ropa de acuerdo al clima y procuró maquillarse un poco.

Iba ser un buen día, se dijo así misma. Evitó pensar demasiado en que Ash había estado muy callado y con la mirada perdida desde ayer, ella preguntó, claro que lo hizo, él dijo que estaba bien aunque ella sabía que sí había algo.

Algo que no le diría.

Ash es así, a ella le gustaría que le contará todos sus problemas o que agobia tanto su cabeza, con los años que llevan conociéndose sabe que pese a todo siempre habrá cosas que él no le contara. 

Serena desearía que no fuera así, recuerda la viva imagen que tiene de Ash hace un par de años.

¿Qué se hace en estos casos?

Juega con el colgante de su collar, lo enreda entre sus dedos y suspira.

Sabe que es idílico pensar que las cosas podían ser iguales a su tercer reencuentro con Ash, la vida parecía tan llena de esperanza en esos días.

Ella salió, se acercaba el tiempo en que se elegiría una nueva reina, Serena estaba encargada de la organización de las competiciones, estuvo fuera todo el día.

Al regresar la casa seguía sola, ese día Ash llegó a su hora usual, le preguntó acerca de su día y él hizo lo mismo.

Ash parecía tranquilo y feliz.

Cuando se fueron a dormir, fue cuando sintió como él la abrazaba y sintió equilibrio de nuevo, todo estaba bien.

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