Fragmentos en el aire

Perdón.

Perdóname por esperar el amor que una noche en medio de luciérnagas y la luna como testigo me prometiste.
Perdón por pensar que de verdad querrías estar conmigo.
Lamento significar una molestia en tu mente y en tu corazón.
No era mi intención ser el tipo de chica del cual jamás te enamorarías, y sin embargo lo hiciste.
Perdón por enamorarme.
Perdón por creerte y confiar en ti ciegamente.
Perdón por dejar que mi terco corazón se ilusionada con tus besos.
Lamento de corazón anhelar tus abrazos.
No era mi intención ser «intensa».
No pretendía causar ningún tipo de incomodidad.
Yo no quería se el problema en el que me he convertido para ti.
Lamento hablarte de forma fuerte; no sabes cuánto duele y cuán difícil suele ser controlar la ausencia de tu persona favorita.
Perdón por querer saber de ti.
Lo siento, yo sólo quería amarte.

Pero,
No te preocupes.
Hasta este preciso instante causaré molestias.
No volverás a saber de mí recuerdo.
Mis huellas se perderán en el petricor del amanecer.
Se borrarán todos los besos que en el fondo jamás quisiste darme y se desatarán los abrazos qué tal vez algún día mis brazos te insinuaron a darme.
Esperaré aquí, en el mismo lugar donde mi amor descansó, esperando que algún día, si es mi destino, me encuentre un amor que pueda querer por lo menos la mitad de lo que a ti te amo; y que me ame por lo menos la mitad de lo que tú me amas.
Tal vez algún día vuelvas, pero no estoy segura de que quieras a alguien que sea diferente a ti.
Sólo quería decirte dos últimas cosas, que aunque cortas, era lo único importante por decirte:

Perdóname, te amo.