Capitulo 27: Lo que esperaban

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Estaban un poco preocupados, cosa que no podían negar. Se habían puesto a pensar en las cosas que habían visto en diferentes aulas. Vieron que cada persona tenía poderes diferentes, y Daramon les había dicho que ellos cinco recibieran una habitación, siempre y cuando, Dean recordara no decir que era un humano. Balthazar, hasta ahora, había sido el que se había mantenido más optimista cuando pensó en algo que dejó con los ojos bien abiertos a los otros. Si estamos en un mundo lleno de magia, nada quita el hecho de que alguien pueda ayudarnos, dijo. Con eso se refería al hecho de que tal vez, alguien iba a poder hacer algo para revivir a Sam.

- ¿De verdad lo crees?-preguntó Gabriel, esperanzado. Nunca había dejado de creer en que iban a encontrar alguna manera de revivirlo.

Ante eso, Dean tuvo que morderse la lengua para no decirle que una vez, él mismo le había dicho a Sam que cuando ser querido muere, uno tiene que aceptarlo y seguir con su vida. Pero prefirió tragarse su comentario y evitar una pelea innecesaria.

-Estoy muy seguro de que sí-respondió el rebelde,

Lucifer y Castiel estaban sentados en una de las camas, mirando a los tres que hablaban únicamente de la teoría de Balthazar. Se habían sentado apenas entraron a la habitación, diciendo que querían descansar un poco después de haber visto todo eso de los poderes y lo demás. Tenían una expresión un poco cansada y parecían estar dispuestos a dormirse en cualquier momento, cosa que la verdad, ellos no esperaban. Dean cada tanto se acercaba a Castiel y le acariciaba el cabello. El moreno sonreía y apartaba la cabeza, haciéndose el difícil.

Gabriel estaba bastante emocionado con el hecho de encontrar a alguien que supiera como revivir a un ser querido. Recordó que su tía Amara era capaz de revivir personas, como lo era su padre. Pero tambien sabía que ellos seguramente les dirían algo como «tienen que dejarlo ir.» Obviamente, ni con ese pensamiento iba a dejar lado el deseo de traer de vuelta al amor de su vida. Pensó que Daramon podía saber algo sobre eso, así que se dijo que debía preguntarle cuando lo viera. Quería estar completamente seguro de que se podía, así que en base a lo que él le dijera, iba a investigar más para ver que podían hacer.

-No sé ustedes, pero yo iré a buscar a Daramon. Debo preguntarle-avisó Gabriel, caminando hacia la puerta.

- ¿No crees que sería mejor esperar y ver si hay algo más donde podamos ver?-preguntó Castiel.

-Mientras más rápido lo hagamos, más rápido estaré en paz con las cosas.

Lucifer miró a Castiel y movió la cabeza, diciéndole así que no le dijera nada, porque nada iba a conseguir. El moreno asintió y dejó que su hermano saliera del cuarto. Balthazar miró la puerta y luego se sentó en su cama, pensando en lo que él mismo había dicho. Casi no lo pensó, sólo dejó que las palabras salieran solas. Eso podía traerle consecuencias, de las cuales, él odiaba tener que hacerse responsable. Miró a Dean y pudo ver claramente la misma esperanza en sus ojos. Sabía que él también deseaba poder traer de vuelta a su hermano, así como Castiel también lo deseaba, aunque su esperanza era menor debido a todas las veces que había escuchado que la muerte no se puede vencer, aun con todas las veces que los Winchester habían muerto y revivido. Incluso su propio padre lo había revivido a él.

-Espero que pueda encontrar algo. No quiero verlo deprimido de nuevo-exclamó el rebelde, recostándose en la cama, dándoles la espalda.

-Lo mismo digo-dijo Lucifer, dirigiéndose a su cama.

Dean y Castiel intercambiaron una mirada y decidieron esperar que el Truquero regresara con noticias.


Caminó por los pasillos de ese instituto, buscando al joven de quince años. Estaba decidido a preguntarle sobre ese tema. Y la verdad, esperaba con todas sus fuerzas recibir una respuesta positiva. Necesitaba saber que Sam podía estar de vuelta con él.

Revisó algunas aulas para ver si lo encontraba entrenando o tal vez ayudando a Tasú. De paso quería hablar un poco con el segundo para ver qué tal. Él era bastante desconfiado, pero tampoco podía juzgar de buenas a primeras. Sin pensar mucho en eso, solamente siguió su camino para tratar de encontrar a Daramon.

- ¿Tasú?-preguntó al ver al mismo chico de la cafetería.

- ¿Eh? Sí, soy yo-respondió amablemente, aunque con un gesto serio-. ¿Quién eres? No te he visto por aquí antes.

-Soy Gabriel. Llegué aquí hace poco-respondió.

Tasú se quedó mirándolo fijamente unos segundos. Luego sonrió levemente y dijo:

-Eres un arcángel, ¿verdad?

- ¿Qué? ¿Cómo lo...?

-Es mi poder. Me doy cuenta de las «habilidades» de los demás sin que me lo digan o me den una demostración-explicó-. ¿Quieres un ejemplo?

-Seguro.

Tasú miró a una chica que estaba sacando unas cosas de su casillero. Por un momento, sus ojos parecieron cambiar de color. Luego, miró a Gabriel.

-Ella puede volar. Y te pudo decir con toda seguridad que jamás la he visto hacerlo, ya que dice que prefiere evitar usar su poder-dijo él.

-Entiendo. Igual, quería preguntarte si no has visto a Daramon. Necesito preguntarle algo y de paso, si sabes sobre el tema, me lo puedes decir.

-Claro. Ven, él ahora está en el cuarto que compartimos.

El menor lo llevó hasta su habitación. Allí, Daramon estaba sentado recostado, escuchando música. Tasú le quitó los cascos, llamando su atención.

-Traje un invitado-exclamó, señalando a Gabriel.

-Oh, hola. Que agradable verte.

-Lo mismo digo-dijo Gabriel-. Yo... necesito preguntarte algo.

-Dime. Puedes contar conmigo-aseguró, sonriendo con cierta inocencia. A pesar de que recién se conocían, Gabriel podía ver la sinceridad en sus ojos.

-Necesito saber si hay alguien que pueda revivir a un ser querido-dijo Gabriel, con cierto nerviosismo. Tasú y Daramon se miraron.

- ¿Revivir a alguien?-preguntó Tasú.

-Lo sé, es raro, pero...-comenzó Gabriel.

-No, no. No es porque sea raro o no-lo interrumpió Daramon-. Es sólo que nunca nos preguntaron. Es decir, todos aquí lo saben.

-Chicos... no soy de este mundo-les recordó el mayor.

Los dos chicos intercambiaron una mirada y dijeron al unísono:

-Que idiotas somos.

-Respondiendo a tu pregunta: sí. Existe una persona que puede revivir a las personas-contestó Daramon.

- ¿Quién es?-preguntó Gabriel, más esperanzado que antes.

-Lería- respondió Daramon-. Ella tiene el poder de revivir personas. Pero sólo puede con alguien que tenga un vínculo demasiado profundo con el difunto-explicó-. ¿La persona que dices tenía a alguien?

-Sí, su hermano, la persona que respiraba únicamente para él-respondió, sin pensar mucho en sus palabras.

-De acuerdo. Escucha, no deberíamos decirlo, pero ella estará aquí en dos días-contó Tasú-. Siempre que viene, nos reunimos en el lugar del escenario y Lería dice que elegirá a alguien del público. Nadie debe pedirlo o tendrán menos posibilidades, así que el hermano tendrá suerte si lo eligen... ¿Quién es por cierto?

-Dean, el chico rubio que tenía un amuleto extraño en el cuello-contestó.

-Perfecto. Y por lo que dijiste, amaba muchísimo a su hermano-dedujo Daramon-. Hay que decirte que viene aquí una vez cada mes.

Gabriel junto sus manos y dijo:

-Muchísimas gracias, chicos. Siento un alivio tremendo ahora.

-No lo agradezcas. Podemos darnos cuenta que ustedes son personas buenas-exclamó Tasú-. Y al parecer, sufrieron mucho.

Gabriel les dijo únicamente que no se preocuparan y les agradeció una vez más. Salió del cuarto de los chicos y se dirigió rápidamente al suyo para contarles a los demás.

Aventuras con los ÁngelesWhere stories live. Discover now