Capitulo 7: No fue un buen final

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Los seis hombres entraron en esa fábrica. Dean y Sam tenían las armas con balas de sal en mano, por si acaso. Gabriel, Castiel y Balthazar habían sacado sus espadas también. Y Lucifer era el único sin tener un arma, aunque no le hiciera faltan, puesto que era el más fuerte de todos.

-Acabemos con esto rápido-habló Dean-. Sam, ¿la información decía de un lugar especifico o era en todo el lugar donde se oían las voces y eso?

-Leí que, por lo general, se escuchan donde estaba la oficina de la recepcionista, pero otras veces puede ser en cualquier lado-respondió el menor.

- ¿Qué hacemos, Dean?-preguntó Castiel.

-Nos separamos. Cas, tú ven conmigo. Sam, ve con tu amado esposo y...-guardó silencio cuando se dio cuenta que Balthazar debía ir con Lucifer.

Gabriel, al escuchar eso, sintió cierto grado de preocupación. No sabía si Lucifer podía hacer algo contra el rebelde y si éste iba a tener la suficiente fuerza como para defenderse de un arcángel. Pero también sabía algo: si iba con Balthazar, Lucifer iría con Sam. Y Dean, por mucho que amara a su hermano, no iba a acceder a ir con el Diablo. Castiel tampoco iba a poder hacer mucho si iba con el mayor de todos, y Dean no lo iba a dejar ir.

Suspirando por la nariz y apretando levemente los dientes, dijo:

-Balthy, tú ve con Sam.

El ángel rebelde frunció levemente el ceño.

- ¿Qué? Pero... Gabriel, tú...

-Sólo hazlo-mandó el otro, sin querer discutir.

Sam tomó a Gabriel del brazo y lo alejó del grupo.

- ¿Qué haces ahora?

-Lo alejo de ustedes-respondió el arcángel.

- ¿Te volviste loco? ¿Y si te hace algo y no nos enteramos?-Sam hablaba con desesperación.

-Sé que no lo hará-respondió Gabriel con confianza.

- ¿Por qué estás tan seguro?

El arcángel ignoró su pregunta y le pidió que fuera con Balthazar. El castaño se pasó la mano por la cara y fue hasta donde estaban, sólo para llevarse casi a rastras al ángel rebelde. No le gustaba que Gabriel tomara esas decisiones, aun si eran para protegerlos a ellos.

- ¿Él ha hablado contigo sobre algo de todo esto?-le preguntó al rubio.

-No, pero sí dijo que está pensando en que hacer-respondió.

- ¿Hacer qué?

-Ver qué hacer con Lucifer. Digamos que, por alguna razón, siente que no puede echarlo del apartamento.

Sam suspiró y le dijo que simplemente buscaran algo que pudiera ayudarlos. Seguía sintiendo una gran desconfianza hacia Lucifer, cosa que era demasiado comprensible. Después de todo el tiempo en que lo torturó en la jaula y que luego lo atormentó cuando sólo él podía verlo, Sam no pensaba perdonar a ese maldito.

Balthazar sabía y aceptaba perfectamente eso. El Winchester menor ya había sufrido mucho como para tener que aguantar a Lucifer de nuevo en su vida. A pesar de que Gabriel le había dado «excusas», no podía negar que le preocupaban sus cuñados y su hermano menor.

Gabriel y Lucifer habían decidido ir por unas escaleras que estaban casi al principio de la entrada. Había varias puertas, pero no podían sentir ninguna presencia del otro lado, así que comenzaron a caminar para ver si podían encontrar algo.

El menor no podía evitar mirar de reojo a su hermano. Y cuando éste lo miraba, dirigía su vista al frente. Al verlo, no podía evitar ver a aquel ángel que fue uno de los que él más amó. Veía a su hermano mayor como lo era antes, cuando lo cuidaba y jugaba con él o cuando lo defendía de Michael o Raphael después de hacerles bromas pesadas. Sabía que tal vez estaba yendo lejos con sus recuerdos, pero no podía evitar pensar en eso.

Aventuras con los ÁngelesOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz