Capítulo 29

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≈•Max•≈

Ya a pasado una semana desde aquel incidente. Mike y yo ya teníamos trabajo, hay que admitir que todo se debe a Alexander.

El insistía en que trabajásemos en uno de sus restaurantes como meseros pero Mike se negó rotundamente. En fin, su prima, una chica que estaba loca por ver bien pegados a Mike y a Alexander, a dicho que estaría encantada de tenernos trabajando en su bar-café, de día una animada cafetería y bastante frecuentada por estudiantes, desde las 9:00 de la mañana asta las 6:00 de la tarde, era una cafetería familiar, postres y cosas deliciosas. Desde las 6:30 de la tarde asta las 12:00 de la noche era un Bar de muy buena fama, y también muy frecuentado como este mismo.

Mujeres y hombres muy bien vestidos, chicas delgadas y con la cara repleta de maquillaje pero bastante atractivas. Hombres altos y fuertes bastante guapos y claramente adinerados.

De momento no había tenido problemas con nadie de la cafetería o durante la noche en el bar.
Yo trabajaba medio turno en la cafetería y en el Bar, y Mike trabajaba los turnos restantes.
Desgraciadamente no estábamos en la misma hora lo que me llevo a hacer un nuevo amigo.
Nathan era un muchacho muy agradable. Era un poco mas bajo que yo a pesar de ser mayor tenia un aspecto muy infantil, tenia los ojos de un color chocolate oscuro y su cabello era de color azul, si, se a colorado el cabello azul oscuro, el color se le distingue poco, pero cuando  es reflejado por el sol parece un verdadero faro, aun así su cabello pinta con el y se ve bastante lindo.

-Hora del descanso!- grito Lou
–La prima de Alexander; Louisa–, desde su oficina. -y también del cambio de turnos!- volvió asomando la cabeza por la puerta de la oficina.

Nathan y yo estábamos de turno en las primeras horas de la cafetería y del Bar, Mike y Annia en los segundos turnos.

-Nos vamos?- pregunto Nathan asomando la cabeza al despacho donde guardábamos las pertenencias, que era donde yo me encontraba en ese momento.

-Si. Solo estaba ordenando y buscando mi billetera- mentí.
La verdad es que a penas entre al despacho comencé a llorar, ordene unas cosas tratando de calmarme y funcionó. -ya voy, espera un momento- le dije en la escasa luz de la habitación, cuanto agradecía que Annia no arreglara el foco de la habitación aun. El de cabello azul cerro la puerta a regaña dientes, tras fregar mis ojos con las mangas de mi sudadera negra tratando de eliminar la hinchazón de estos suspire hondo repitiendo en mi cabeza.

-respira, ya va una semana, no seas imbécil Max, debes superarlo de una maldita ves- inhale y exhale, y por fin me calme.
Tome mi billetera de mi casillero y me la metí en la cartera de los vaqueros negros.

-Vamos- dije a Nathan que me miro tratando de descifrar algo al escuchar mi vos débil y quebradiza.
Mientras Caminábamos por la calles rumbo al departamento de Alexander no lo soportó mas y preguntó.

-cuando me dirás por que lloras siempre que estas a solas?- sus ojos curioso me miraron de pies a cabeza, yo sólo me limite a soltar ese aire que llevaba dentro desde la mañana, aun aire que me oprimía el pecho y no me dejaba respirar con normalidad.

-es algo... Complicado- dije desviando mi mirada de las mas baja que me miraba con curiosidad.

-Por favor- rogó juntando ambas manos y arrodillado en el asfalto.

-ya levanta- pedí exaltado mientras miraba de reojo como las personas que transitaban por el lugar nos dirigían sus miradas inquisidoras pensando quien sabe que.

-Dimeee!- dijo casi gritando alargando mas la frase de lo normal. Hizo un puchero y puso ojitos de cachorrito. Negué con la cabeza divertido y le jale del brazo para levantarlo del suelo.

-esta bien, pero no hagas eso nunca mas- dije con el ceño fruncido y el solo dio saltitos de alegría mientras me agarraba del brazo.

·

Ya íbamos a medio camino, pasando por una plaza por la cual no habían muchas personas circulando.
Llevaba a Nathan literalmente colgando de mi cuello, el sol brillaba en lo mas alto y ya algo cansado y acalorado junto a el peliazul nos sentamos bajo un gran árbol de cerezos, sus pétalos rosa caían sobre el banco y no muy lejos había un llamativo carrito de helados.

-Eh, Max, Quiero un helado- dijo Haciendo un puchero y jalando mi sudadera.

-Y?... Ve y compra uno- dije en un tono indiferente fingido, tratando no reír.

-No seas malo- dijo chillando infantilmente. -Max... Max...- repetía logrando hacerme sonreír por sus niñerías.

-Ya deja!, no te lo comprare- dije rodando los ojos y el sólo bufo.

-Si no lo haces te besaré- me amenazo en tono burlón. Abrí los ojos como platos poniéndome rojo de la vergüenza.

-no lo arias- dije dudando de mis propias palabras.

-pruebame- dijo en tono burlón haciendo que mi ceja se alzara en tic.

-no lo aré- me cruce de brazos. El tomo mi rostro entre sus manos suaves y me miro fijamente a los ojos. A lo lejos tras su cabellera azul en un intento de desviar mi mirada note que un vehículo negro muy familiar estaba estacionado al costado de la acera, la ventanilla abajo y un hombre al que apenas sus cabellos castaños se divisaban claros por el reflejo del sol.
Automáticamente pensé en Andrew, mis ojos se llenaron de lágrimas pero no se dignaron a derramar ni una gota, al centrar nuevamente mi atención en Nathan este ya estaba casi sobre mis labios, su respiración se mezclaba en un intento de unirnos y de un momento a otro reaccione con el corazón latiendo a mil por hora.

-t-te compare t-tu helado mocoso!- dije tan rápido como me pudieron salir aquellas palabras.

-Si!- dijo Nathan mientras se levantaba dando saltitos de alegría.
Caminando al carrito de helados mi mirada no se despegaba del automóvil negro, cada ves estábamos mas cerca de el a medida que avanzamos a el heladero. De pronto mi brazo fue apresado por Nathan que lo apego a su pecho, le mire frunciendo el ceño pero mi mueca de ablando al ver su mirada llena de felicidad, era un chico muy mono y lindo.
Mi vista volvió al vehículo y este subió la ventanilla por la que Salín esos mechones castaños y arranco podría decirse que desesperado por abandonar aquel lugar.

-esta rico?- pregunte al chico que caminaba agarrando mi mano mientras que con la libre agarraba la paleta helada lamiéndole cada borde para no chorrear.

-si, muchas gracias cariño- dijo en tono burlón y perverso mientras yo solo me límite a reír.

Una ves dentro del departamento me arrastró a mi habitación y me sentó en la cama y el se sentó en la alfombra frente a mi, relamiéndose los dedos para probar los restos de helado que habían quedado en estos.

-y bien, soy todo oídos- dijo.
Sería el momento de contarle aquella desgracia, aquel momento en el que mi corazón se partió en dos. La razón por la que lloraba cada que tenia oportunidad.

≈•≈

Estaba pensando en un Especial de Hallowen para celebrar los 6K ustedes eligen la pareja.
A) Andrew x Max
B) Alexander x Mike
C) otra a su elección.
El mas botado se lleva el especial 7u7 mañana a las 12:00 AM. Cerrare los votos, por si les apetece.

🌸Anónima-san Los Ama🌸

$ubasta (CORRIGIENDO)Where stories live. Discover now