My Stupid Director

U N O

Me meto a la ducha y me quedo de pié bajo ésta. El agua resbala por mi piel mientras los recuerdos resbalan por mi cabeza para luego llegar a mi corazón y hacerlo arder tanto, que ni si quiera el agua que está cayendo sobre mí, logra apagar el fuego que se ha encendido en mi pecho y que no me deja respirar con tranquilidad, que no me deja descansar del dolor, ni de nada a lo que tenga relación con Justin.

Estoy desesperada. Me he pellizcado unas cientos de veces con la esperanza de que esto sea en sueño, que sea una broma, que no sea real.

No entiendo. No entiendo como es que el deseo que Justin ha pedido; se ha cumplido. Y lo odio. Lo odio porque nos ha hecho esto. Ha arruinado todo lo que construimos al pedir aquellos deseos con tanto corazón; que se le han cumplido.

Y si tuviese que describir en una palabra como me siento... Estoy destrozada. Mi corazón se ha partido en mil pedazos y dudo si mi alma sigue conmigo porque siento que no estoy viviendo a pesar de que mi corazón hecho pedazos siga latiendo.

Estoy muerta en vida. Jamás creí sentirme así. ¡Jamás pensé si quiera en que algun día diría aquello!

Es injusto. Es injusto que solo porque una persona a la que amo me ha fallado, sienta que nada tenga sentido cuando estoy rodeada por tanta gente que amo, y mejor aún, que me aman también, y que jamás me harían daño.

Me siento mal por aquello, pero no puedo hacer nada por este sentimiento avasallador que me invade sin autorización.

Salgo de la ducha, envolviendome en una toalla y busco ropa en mi clóset. Me visto rápidamente, para luego aplicar rubor en mis mejillas y rimel en mis ojos, dándole así un poco de vida a mi rostro.

Cuando estoy aplicando perfume, mis ojos captan el collar que ayer me hizo darme cuenta de lo que había sucedido. Que me hizo entender que los deseos de Justin se habían echo realidad y no que yo había soñado todo.

Muerdo mi labio sintiendo un fuerte nudo en mi garganta y lo tomo entre mis manos que tiemblan de dolor. Suspiro negando con la cabeza, y cuando voy a dejarlo sobre el velador, me arrepiento y luego de unos segundos de seguir admirandole dolorosamente; decido ponérmelo.

De todos modos, sigue representandome.

Cogo mi bolso, y salgo de mi dormitorio para bajar hasta la cocina. Mis padres están poniéndose de pie cuando entro en ella y sus miradas preocupadas se posan en mí.

-No es buena idea que vayas hoy, Brooke - me advierte papá.

-Ya me siento mejor - intento calmarle.

-¿Te haz mirado al espejo? - se cruza de brazos mi madre.

Estoy horrible; lo sé.

Me quedo en silencio y camino hasta la encimera para sentarme en un taburete y comenzar a comer mi desayuno.

-Te llevaremos - me dice papá, rendido.

Les miro.

-Pero llegarán tar...

-Te llevaremos - reafirma con más seriedad y severidad.

Asiento con la cabeza, y no insisto más. Si ya no les haré caso, e iré al instituto, por lo menos les haré caso en esto.

Termino de preparar mi café, mientras pienso en como irán hoy las cosas en el liceo. Como reaccionaré cuando vea a Justin.

Quiero verle. Quiero verle y saber que hará. Quiero notar su reacción cuando me vea, quiero notar algo que me dé esperanzas, y tal vez estoy pidiendo mucho, pero quiero que diga que sí me recuerda.