- 22 - Escape Part 2

6.3K 517 24
                                    

Lentamente salí de allí. Jugué unos minutos con el peluche, el cual no paraba de vibrar.

Cansada de que Sebastian no me hiciera caso, me paré decidida de sofá con mi ratón en mis manos.

-Tú ayudame - susurré.

-Linda, quieta ahí - escuché, parecía enojado.

Entré y lo vi pensante, cuando se volteó a mirarme, frunció el ceño.

-Gata mala, vuelve a la sala - negué para acercarme - ¡qué no me ha escuchado! - gritó de repente, provocando que diera un pequeño salto, las lágrimas amenazaron con salir - C-cariño lo siento -

-y-ya me voy... A... A la sala -

Salí de nuevo, él no me siguió, por lo que pensé que tal vez podría salir, cuando abrí la puerta, lo escuché.

-¡Ni se le ocurra salir! - sobresaltada corrí de allí cerrando la puerta a mi paso.

Corrí y corrí lo más rápido que pude, entré por varios callejones.

Había contado, al menos 9, ¡esto era un laberinto eterno!

Al final me detuve en el 10, Ward Streisand, me dolían los pies, oculté mi cola metiéndola por entre el vestido, había quedado un agujero de unos 4 centímetros pero no me preocupé por ello, sin embargo, comencé a sentir frío e inquietud.
Mientras caminaba, me hacía una trenza cocida por encima de las orejas, cuando verifiqué, que solo se sintiese las puntas, maldiciendo por dentro seguí.

No sentía el olor de Sebastian, por lo que comprobé que no estaba cerca de donde me encontraba.

Era de noche, tal vez las 11, tenía miedo, soy y fui tan estúpida por salir así. P-pero... Él estaba enojado, no debería molestarlo, Sebastian hace tanto por mí y yo solo quise molestarlo... M-me siento... mal.

Las lágrimas corrieron por mis mejillas, salí de Ward Streisand y me encaminé hacia donde estaban los locales, estaba en el centro, ¿cómo había llegado tan rápido?

De pronto, sentí otro olor, pero no era el de Sebastian, era distinto, era... Dulce como el suyo, pero tenía algo raro. Me volteé y vi a un chico rubio mirarme perplejo, mientras tanto, un hombre vestido de mayordomo encarnaba una ceja. Cuando logré visualizarlo, reí.

-Claude Faustus - sonreí - ¿Cómo estás? - me acerqué.

-Qué eres - el chico rubio se cruzó de brazos -

-La verdad... No sé qué soy - Claude suspiró -

-No tiene olor a Shinigami, ¿qué le ha ocurrido? Y por qué tiene un agujero en el vestido -

-Y ustedes que hacen aquí a las 11 de la noche - inquirí -

-¿Y tú que haces aquí a esta hora de la noche? Un hombre malo puede raptarte - sonrió -

-ehhh, me escapé, Sebastian se enojó conmigo y debo ver cómo regresar, fui... Algo estúpida al irme-

-Y vaya que eres estúpida, nosotros estamos aquí porque no podía dormir, ¿por qué no me acompañas?- el rubio me sonrió -

-Y-yo... Claro, por qué no? -

-Claude, llévatela -

-Q-qué? -

Al segundo yo estaba en el hombro de aquel demonio y salió corriendo.

No entendía nada, aquel sujeto me tiró en un sitio cómodo y luego escuché un estruendo.

El lugar estaba oscuro.

Me moví un poco y caí de.. ¿Una cama?

-¿Sebastian? - susurré - Sebas pordóname por favor, n-no quise... Q-quiero mi ratón... M-mi ratón -

Nadie venía.

Unas dos horas pasaron y no sentía el olor de Sebastian.

Tenía frío y lo único que hice fue ponerme bajo las mantas.

Quería sentir que me acariciaba y ya no estaba aquí, quiero... Quiero a mi Sebastian.

Lo necesito.

Gata por equivocación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora