- 12 - Escape

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De ahí corrí lo más veloz que pude, me impresioné cuando me di cuenta que podía "escalar" las paredes, tenía la suficiente livianés como para abarcar gran parte.

Ya a unos kilómetros, me subí a una terraza y me quedé allí, solo me quedé allí, había mucho viento. Comencé a tener frío. Lloré unos minutos, no quería irme de allí, Sebastian ya me estaba cansando, y son solo unos malditos celos que no puede controlar.

De forma lenta miré a mi alrededor, nada, eso era bueno, o mal, según se lo vea.

Escuché un sonido, detrás de mí. No le di importancia hasta que sentí una caricia en mi cola.

Me volteé.

-Hola gatita - dijo una pequeña niña, me miraba con los ojos abiertos, estaba impresionada - Hola - repitió - miaw? - reí -

-Hola, cómo te llamas? Si te molesto me lo dices - negó repetidas veces, su cabello corto de color frambuesa se interpuso en su mirada - cuántos años tienes? -

-Yo quería verte ayer, pero mamá dijo que era un trampa para comprar juguetes y dulces - bueeeeeno... Tal vez - también dijo que tú no eras real -

-B-bueno, soy real, pero no me jales la cola, duele - asintió -

-Quieres jugar conmigo? Mamá se fue a dormir - suspiré -

-Sí, porqué no? - me bajé de la terraza hacia adentro, caminé con ella hacia su habitación, ella cerró la puerta -

-Te voy a peinar y te voy a poner muchas estrellas y vamos a tomar el té juntas y... - reí - y también comeremos galletas - decía mientras ponía dos sillas al lado de una mesa pequeña- siéntate aquí - fui a sentarme allí y ella comenzó a jugar con mi cabello - Te duele si te peino las orejas? -

-No lo sé, pero de igual manera cuidado si? Y hagamos silencio, no queremos despertar a tu Madre - asintió -

Pasaron los minutos y la niña me había hecho una trenza cosida muy bonita, adornada con Margaritas, (obviamente yo las elegí) me sentía como una muñeca y eso me causaba gracia.

Al final, Melisa, como me dijo que se llamaba, comenzó a dormirse, así que la alenté a irse a la cama.

Se durmió y yo tuve que salir de su habitación, volví a sentarme en el balcón, enrollé mis piernas, como anteriormente, a las barras de metal de debajo de mi, (sí, estaba sentada en el barandal).

Suspiré, vi a Sebastian bajo de mi, quité la vista y salté, me tomó de la cintura pero lo aparté.

-Qué - dije caminando algo enojada, hacia... Ningún lugar -

-Lo lamento tanto mi pequeña - me crucé de brazos, vi a mi costado un ramo de flores, margaritas, me detuve y las tomé -

-Son hermosas - lo miré y noté su aroma - y hueles tan rico - sonrió -

-Vamos, venga conmigo - tragué en seco - se ve preciosa - tomó mi mano y la besó - Vamos - me jaló un poco-

-No... No quiero - respondí ante la disculpa -

-Por favor, faltan 20 minutos, debe ir a preparase para ir con aquel...

-Y empiezas de nuevo -

-Claro que sí, será él el que tendrá total posesión sobre usted en 20 míseros minutos, 19 - miró su reloj- Cariño, no quise decir lo que dije, me encanta tal y como es - suspiré - es solo que... Un gato, cuando ve que su amo esta enojado no se acerca, yo quiero que se acerque a mi, sí? - lo miré de reojo - eso es - se acercó hasta abrazarme - Vamos a casa gatita -

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-Bien, solo no lo ignores, si te sientes muy incómoda, llama a Sebastian, él no interrumpirá de forma brusca - asentí -

Al bajar del carruaje, ellos se fueron, Sebastian no vino, se había quedado en la mansión, Ciel dijo que si no lo dejábamos él mismo se iba a encargar de Aleister.

-Petirroja! Mi princesa, cómo estás?- el Rubio me tomó de la mano y entramos sin problemas, el lugar... Era enorme, candelabros y una gran araña encima, era bastante lujoso - Y... ¿Cómo estás hermosa? - lo vi tomar una copa, le dió un trago y me lo pasó - toma un poco, y por cierto, responde -

-G-gracias, supongo - bebí - y... Algo incómoda, muchos me ven- me abrazó y me besó fugazmente, no pude seguirle el beso, me daba mucho asco, dejó la copa en una mesa, sonrió a varias personas para luego mirarme -

-Ahora te ven más, eres preciosa, acostúmbrate gatita - suspiré - mañana, también necesito vengas a otro baile, por ahora, nos iremos por aquí -

Ni por todo el oro del mundo pasaría por aquel pasillo.

Gata por equivocación Onde histórias criam vida. Descubra agora