Capítulo 31

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No pudo huir como le hubiese gustado, los padres de Peeta y su hermana menor aguardaban ansiosos por verla entrar, como Katniss esperaba ellos vestían de manera formal, ambos pertenecían a un mundo laboral distinto, Plutarch era amable, y de los mejores doctores del hospital donde laboraba, mientras su esposa, buscaba el bien, impartiendo justicia en los tribunales, como la buena y reconocida abogada que era, Katniss pensaba que sus hijos tenían el deber de seguir sus pasos y ser los mejores en la profesión que ellos eligiesen, por su parte ella tenía que hacer algo diferente, ser más de lo que sus fracasados padres habían logrado en sus vidas, Katniss debía ser una mujer de bien, tenía que dejar bien claro, que ella podía ser mucho mejor que sus padres.
Frente a la pareja ella se sentía muy poca cosa, existía un latente miedo de que no llegase a ser lo bastante educada a la hora de cenar, jamás en su vida había tenido alguna comida formal, solía comer a solas en casa, Alma no era buena en la cocina por lo cual, Katniss siempre tenía que apañárselas sola, por ello no quería lucir como una ignorante a la hora de sentarse a degustar la comida que Effie había preparado especialmente para aquella ocasión, tenía miedo a decepcionarlos, luego recordó que de cualquier forma tarde o temprano los Mellark se enterarían de la vida que solía llevar, que habían tenido una idea errónea de ella.
En ese instante se dijo así misma que lo único que le tenía que hacer en esa cena era disfrutar, disfrutar estar al lado de una familia tan unida, con aquel chico que la hacía sentir tan bien, las cosas caerían por su propio peso, así que ella solo debía enfocarse en el presente, si el destino quería hacerle sufrir más, eso sucedería después. Sonrió con cortesía y Annie fue quien salió a recibirla, a diferencia del resto de su familia, Annie iba un poco desaliñada, su cabello aún estaba mojado por la ducha, y le escurrían pequeñas gotitas, lo cual a Katniss le resultó gracioso.

-¡Entra Katniss! -dijo llena de entusiasmo la pelirroja.

Ella y Peeta se adentraron dentro del pasillo, un pasillo el cual Katniss no conocía del todo, la primera vez que había llegado a la casa de los Mellark, había sido bajo la influencias del alcohol y cuando salió esa misma noche no había prestado demasiada atención a los detalles, ahora sí que podía hacerlo, estaba elegantemente bien decorado, había muchos reconocimientos de los padres de Peeta, algunas fotos de ellos en familia, y la que más atrajo su atención fue la foto de la boda de Effie y Plutarch, Effie resultaba más hermosa aún en su juventud, envuelta en un precioso vestido blanco con su hermoso cabello sostenido por una diadema plateada, mientras un apuesto joven realmente parecido a Peeta sostenía la cintura de Effie. Era Plutarch, su perfecta sonrisa delataba lo feliz que estaba de tener a aquella hermosa mujer a su lado.

-Fue el día de nuestra boda -le dijo Effie que se había percatado de la atención que la chica había centrado en esa fotografía.

-Luce incluso más hermosa que ahora -susurro Katniss algo apenada.

-Estaba viviendo mi plena juventud en aquel entonces.

-Y me siento sumamente afortunado de que ese día hayas aceptado pasar el resto de tu vida junto a mí -comentó Plutarch y Effie no pudo evitar sonrojarse.

-¿Tienen que ser tan cursis frente a nuestra invitada? -preguntó irónicamente Annie, la pareja sonrió apenada.

-Annie tiene razón -sonrió apenada la mujer. -Mejor vamos a la cocina que esa cena nos espera.

Effie se dirigió junto a su esposo hacia la cocina y le indicó a Annie y a Peeta que condujeran a Katniss al comedor, el cual ya se hallaba perfectamente bien preparado para la cena, con finos platos y cubiertos, algunas copas y una botella de vino aguardaba cerrada en el centro, ya ahí el delicioso olor se hizo aún más intenso, Katniss no recordaba cuando había sido la última vez que había degustado un platillo hogareño e incluso también se preguntó si solían tratar a todos sus invitados así, con ricas recetas y vino costoso. Todo era una experiencia nueva para ella y no quería tirar por la borda todo por cometer errores, así que pensó que lo mejor sería fingir que conocía todo sobre una comida normal en familia, aunque en realidad era todo lo contrario.

©Eres Mi Salvación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora