©Eres Mi Salvación.

Capítulo 18

—Me mintió Annie —le dijo Peeta a su hermana, ella se encontraba recargada contra el marco de la puerta de la habitación mirándolo, y lo había escuchado desahogarse durante aproximadamente 30 minutos. Donde él le había narrado, cada uno de los acontecimientos de la noche.

—Bueno, sus razones ha de tener, para haber tomado la drástica decisión de tener que mentirte ¿No crees?

Peeta, no entendía el porqué Katniss lo evadía, hasta e incluso había llegado a mentirle para alejarlo. Había muchas chicas que deseaban la atención de Peeta, pero él no le hacía caso a ninguna, y cuando quería que una se fijara en él, esa chica parecía odiarlo.

—Le dije que quería que fuéramos amigos y me mando a la mierda —miro a su hermana— ¿Cuál es mi problema?

—Quizá no seas tú el problema, tal vez ella sea la que tiene problemas —le dijo, Peeta recordó la manera tan rara de hablar de Katniss, la primera vez que se conocieron, fue grosera, pero con Annie era todo lo contrario.

Hablo en voz baja —Solo se comporta así con los hombres, o al menos solo conmigo.

—¿Trauma?, puede ser un trauma, papa habla de gente con traumas muy seguido y sobre su forma de ser.

—Se aíslan de los demás —susurro Peeta.

—¿Tu crees que Katniss sufra de algo, no sé ¿violencia? en su hogar?

—No tengo, ni la menor idea. Pero tu —la señalo.— ella confía un poco en ti, habla con ella, apuesto que lo único que ella necesita es una amiga.

—¿Tu crees?

—Si, habla con ella. Por favor —le suplico.

—Lo hare —dijo Annie muy decidida.

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Effie Trinket, se hallaba sentada en una silla de su cocina, en su mano tenía una revista de recetas, buscando algo fácil y sencillo que cocinar para el desayuno, sin embargo nada le agrado, dejo la revista en la mesa y suspiro resignada.

En ese instante, su hijo mayor Peeta, bajo de su habitación con el cabello rubio perfectamente peinado, lanzo un bostezo de cansancio y le dio una sonrisa a su madre.

—Hola —saludo él, depositando un beso en la mejilla de su progenitora.

—Hola, ¿Qué tal te fue anoche?—–le pregunto y ella pudo notar como su hijo se sonrojaba ante su pregunta.

—Muy bien, ¿Qué hay de desayunar? —el trato de restarle importancia al asunto, pero conocía perfectamente a su madre y bien sabia, que no dejaría de insistir.

—Aun no cocino nada, pero mientras lo hago, me encantaría que me contaras sobre tu cita con Katniss —Effie sonrió satisfecha al ver a su hijo nervioso.

—Para empezar no fue una cita —le dejo claro a su madre en voz alta.

—Creí que si, jamás sales vestido tan formal a ningún lado —su madre puso la cafetera, y saco un sartén para preparar Hot cakes.

—No hay tiempo para interrogatorios madre, tengo que desayunar para irme a la escuela, además hoy tengo entrenamiento y tu hija sigue maquillándose —se quejo.

—Bueno, solo ten en cuenta una cosa hijo —su madre le brindo una sonrisa maternal—. Katniss me gusta para nuera.

—¡Mamá! —grito muerto de vergüenza.