Capítulo 25

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Como la buena y excelente hermana que había sido a lo largo de los años. A Annie le fascino la idea de tener a Katniss en su grupo de amigas. Peeta fue quien se lo pidió pues él tenia bien presente que si le pedía a la chica que compartiera mesa junto a el grupo social de Annie, esta le diría que no. Así que su hermana menor se encargaría de ello. Si Katniss estaba junto a Annie nadie se atrevería a molestarla.

—¿Sabes lo que tienes que hacer? —preguntó Peeta en cuanto los dos estuvieron dentro del auto.

—Peeta, me lo repetiste ayer durante toda la noche y te dije que me encantaba la idea. No tienes porque volver a decirlo, no soy una retrasada —contestó la pelirroja algo irritada.

—Solo quería estar completamente seguro de que lo harías. Sabes lo mucho que me importa y si estoy con ella sólo haré que le sigan jodiendo la existencia y con lo poco que la conozco se que puede ser capaz de no contarme nada si le vuelven hacer algo como eso —Peeta sonaba preocupado, su hermana sabía que el siempre se esforzaba en cuidar lo que le importaba, pero ahora lo escuchaba decidido a cuidar a Katniss a su manera. Sin fastidiarla y darle su espacio. Annie sonrió al ver como su hermano parecía tan tonto, tan distraído, tan enamorado...

(...)

Las circunstancias siempre la orillaron ha sentir que todo lo que hacia estaba mal, su madre y la forma en la que los demás la trataban, la hacían sentir que hiciera lo hiciera jamas sería suficiente, no obstante eso no le había quitado el sueño o preocupado, pero esa mañana cuando se miro al espejo lista para bajar a desayunar se percato que no lucía atractiva que a pesar de haber escogido lo mejor de su closet, seguía sintiéndose incomoda y fea. No tardo en darse cuenta que con su apariencia física, nadie intentaría acercarse a ella.

—¿Desde cuando me importa eso? —se pregunto así misma. "Desde que conociste a Peeta" pensó, mientras se sentía derrotada y lo recuerdos de la tarde del día anterior la invadían, cualquier cosa hacia que Katniss recordara la manera en la que él bebía agua. No pudo evitar sonreír, necesitaba verlo y la única manera de hacerlo era en la escuela. Tomo valor y muy a pesar de tener esa enorme inseguridad, bajo a desayunar no había más que leche y pan, pero era eso o morir de hambre durante las clases y esa no era una opción. No era una opción estar insegura de tu apariencia y encima tener hambre.

Bebió un vaso con leche y comió el pan, que estaba un poco duro. Subió por todas sus cosas y bajo la escaleras rápidamente para salir de su hogar.
Afuera estaba fresco e incluso se alcanzaba a ver algunas gotas de rocío repartidas entre el pasto y algunos arbustos de la calle, el autobús iba más lleno de  lo habitual, odiaba mucho el transporte público, siempre había un hedor a viejo y oxidado, además un montón de olores corporales que ella tanto odiaba, aunque tendría que lidiar con ello mientras estuviera viviendo con su madre, la cual no había hecho un esfuerzo en comprar un auto, aunque fuese viejo.

Era bien sabido que el transporte público era lento, pero esa mañana el transcurso de su casa al instituto se le hizo eterno, necesitaba ver a Peeta, tal vez si lo veía o charlaba con él se calmaría un poco. ¿cómo es posible que con verlo beber agua me guste más? Admitió, para después ponerse furiosa, sin embargo, no podía evitar sentir lo que sentía.

Cuando bajo del autobús comenzó a cuestionarse a si misma sobre lo que le depararía el día. Probablemente encontraría más obscenidades escritas en hojas de cuaderno pegadas en su casillero, o simplemente la insultarían mientras la vieran pasar o le harían alguna broma pesada. Al fin y al cabo como había escuchado una vez en televisión "Los celos sacan lo peor de una persona" podría estar segura que ahora muchas chicas locas por Peeta la odiaban y una muy enojada se tomo la molestia de dejarla en ridículo llamándola "PUTA".

©Eres Mi Salvación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora