Capítulo 27

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La hermosa Delly, hace un tiempo que se había tomado el tiempo de crear una lista mental acerca de las chicas atractivas del curso y tenía en la mira a aquellas que pensaba tendrían alguna posibilidad de llegar a llamar la atención de Peeta, no obstante en esa lista no figuraba ninguna con el nombre de Katniss Everdeen, un nombre tan horroroso y poco interesante que de haberlo escuchado antes, se habría burlado. Pero ahora esa chica en pocos días logró algo que ella llevaba intentando desde hace mucho. Estar con Peeta en una fiesta y sentarse en la misma mesa que el, no importaba si el nombre de esa desconocida era relevante o no, lo que en ese momento deseaba Delly, era alejarla lo suficiente de Peeta y la primera advertencia, fue aquella hoja pegada en el casillero, era una diminuta prueba de lo que ella empezaría hacer para sacarla de la vida de Peeta.

—¿Qué más saben acerca de ella? —pregunto Delly a sus amigas que estaban acostadas mirando sus respectivos teléfonos.

—¿Quién ella? —Finch miro a Delly sin mucho interés.

—No te hagas la estúpida.

—Vamos Finch se refiere a Katniss Everdeen —dijo Clove, mientras le propiciaba una codazo en el vientre a la chica.

—Por favor Delly, es una mosca muerta. ¿Sabes porqué se les llama mosca muerta a personas como ella? —Madge dejo su teléfono sobre la cama y gateo hasta estar a lado de Delly. —Obviamente porque no tiene vida social, no hace nada relevante, su vida es sumamente aburrida y miserable.

—Ella tiene toda la razón. Solo sabemos que es muy inteligente y que no tiene amigos —comentó Clove, mientras imitaba la acción de Madge de acercarse a Delly.

—¿Y que hay de Peeta, Annie y las amigas de esta? —las chicas fulminaron a la pobre Finch con la mirada, e incluso le lanzaron una almohada.

—¡Callate! —grito Delly.

—Lo siento mucho Delly. Lo dije sin pensar.

—¡Siempre dices las cosas sin pensar! —reclamó Madge

Delly podía tener a cualquier hombre a sus pies, pero, Peeta Mellark, era el chico que no podía conseguir por más que se esforzara y eso la frustraba demasiado, quería a ese chico para ella, y simplemente este la ignoraba.

—Odio a esa tal Katniss y no hay nada en su historial que me permita hundirla.

—Descuida Delly, nosotras haremos lo posible, para que sea la burla del instituto —Dijo Madge, para después soltar una carcajada. —Se va arrepentir de haberse topado con nosotras.

(...)

El clima era bastante fresco, tanto que Katniss comenzó a cuestionarse por no llevar consigo una chamarra más gruesa, pero estaba tan enojada con su madre que entre más distancia hubiese entre ambas mejor. Tomo el autobús que para su mala suerte iba lleno, lo que significaba que tendría que compartir asiento.

Cuando bajo, tuvo que enfrentarse al ajetreo de la ciudad a media tarde, gente por todos lados, yendo a comer o a juntas importantes de trabajo. Paso por establecimientos repletos de gente, hasta que por fin pudo llegar al cajero automático más cercano, saco la mayoría del dinero que tenía la cuenta y se dirigió a pagar el servicio de luz y con la promesa de que la instalarían a más tardar un día después, la chica se dispuso a regresar a casa.

Se dirigió a la parada de autobús. Cuando alguien la tomo por los hombros. Era Johanna que le miraba con expresión asombrada.

—¿cómo te va? —saludo Katniss.

—Tanto tiempo sin verte. No te has dignado en llamar, ni siquiera te tomaste el tiempo de buscarme. —dijo ella mirándola directamente.

©Eres Mi Salvación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora