Capítulo 9

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Willam

-Adiós Will

Esto es lo único que puedo pensar mientras camino hacia mi cuarto, estuve a punto de besarla y ella me dijo que no y.... puedo entenderla porque mientras yo estaba con ella en su habitación, en la mía estaba Rachel y, ¡joder!, ¿qué estoy haciendo? pero me pasa que todo se esfuma y no puedo pensar en nada más cuando a mi lado tengo a Hannah.

Llego al cuarto y veo a Rachel en la cama dormida; me acerco y la arropo no quiero despertarla y la verdad es que no tengo ganas de oír lo que va a decir si me ve aquí.

Sin que se de cuenta me voy al bar del hotel.

- Dame un whisky doble - le digo al barman.

- Claro señor - me lo extiende por la barra -. Aquí tiene.

Me lo bebo y siento como va dejando un camino de calor por mi garganta. Lo necesitaba, tal vez me tome muchos mas lo cierto es que no quiero volver al cuarto con Rachel. No después de lo que casi hago, aunque para ser sincero no me arrepiento.

Cojo mi móvil y, para variar, no tengo ni un mensaje de Hannah, porque muy en el fondo esperaba al menos que me dijera algo para saber si está muy enojada. En un ataque de sinceridad decido llamarla.

- ¿Willam? - contesta algo insegura.

- Hannah - digo arrastrando las palabras.

- ¿Willam estás bebido?

- No - digo cortante

- ¿Dónde está Rachel?

- En su cuarto.

- ¿Qué se te ofrece, para qué me llamas ?

- Necesito saber que pasó hace unas horas allá en tu habitación, porque te juro que entre más le doy vueltas al asunto, más me enredo.

- No quiero hablar de eso... -hace una pausa y continúa hablándome pero con voz baja- además no es bueno hablarlo por teléfono.

- Entonces ven.

- No puedo Willam y lo sabes.

- Ven por favor - digo casi suplicando.

- Ok iré y te llevaré al cuarto con Rachel. Y te juro que no hago nada más - dice -. ¿Dónde estás?

-En el bar del hotel - escucho un resoplido antes de que cuelgue si despedirse.

Llamo al barman y le pido otro trago para esperarla agusto, él asiente y me lo entrega.

- Gracias - le digo.

Mientras bebo veo que por la puerta del local entra Hannah. Toda ella es perfecta. Camina de esa manera particular que me vuelve loco, moviendo las caderas.

Se acerca a mí, antes incluso de saludarme me arrebata la copa y la deja en la barra, después me observa con una mirada llena de rabia.

- Willam, vamos, te llevaré - me pasa un brazo mío por su cuello para apoyarme y me ayuda a caminar.

- Hannah, no, no me quiero ir. Llegar con Rachel sólo es para pelear, mejor quédate aquí conmigo ¿sí?



Hannah 

La llamada de William sólo me puso los nervios de punta, está bien que el chico me atraiga, pero yo no puedo pasar de eso a estar con él en un asunto más serio, primero porque estoy casada y segundo porque él está comprometido, así que pienso ponerle los puntos sobre las íes ya.

De inmediato me quito la pijama para cambiarme de ropa por unos jeans estilo desgastados, una playera que dice "jodete" justo en la parte del busto y unos converse morados. Hope que está tan profundamente dormida ni cuenta se da cuando la envuelvo en una sábana y la dejo en la guardería del hotel antes de llegar al bar con William.

Entro al local y lo localizo de inmediato con la mirada (tal vez porque es el único que está bebiendo a tales horas de la noche), camino hacia él y le quito la copa, después lo ayudo a ponerse de pie apoyándolo en mí.

- Willam, vamos, te llevaré.

- Hannah, no, no me quiero ir - dice -. Llegar con Rachel sólo es para pelear, mejor quédate aquí conmigo ¿sí? - y empieza a hacer pucheros que ni Hope me hace.

- Pero por supuesto que no - creo que bebió de más.

- Entonces ya sé... pide una habitación para mí.

- Oye, ya, ya estuvo bueno, ya vine y me tengo que ir, no soy tu chacha para hacerte los favores.

- Hannah, por favor.

- OK, está bien, pero solo para que me dejes en paz.

Caminamos hasta recepción, él más bien casi se arrastra, y pido una habitación, claro, una suite porque él es el dueño y para el señor lo mejor (palabras de sus empleados).

- Ten, esta es la tarjeta, abre - se la extiendo afuera de su habitación.

- Es que... ¿no ves que apenas me puedo mantener de pie?

- Escúchame bien, ultima vez que te hago caso cuando llames, así le hayas salvado la vida a mi hija - abro la puerta y lo vuelvo a apoyar en mí para entrar.

- Oye, te voy a decir algo - dice acercándose más a mí y apretándome de la cintura, en estos momentos empiezo a dudar si en realidad está ebrio o no.

- ¿Qué?

- A mí también me gustaría joderte - JODERRRRRRRRRRRRRRR QUE LO MATO.

De inmediato me safo de su agarre y con toda la ira de mi corazón camino hacia la puerta para irme, pero antes de llegar me toma de la cintura y me acorrala entre la pared y él.

- William, suéltame - le pido tratando se zafarme.

- ¿Sabes qué pasa? -empieza a hablar mirándome fijamente -. Que tú quieres negar esto que hay aquí.

- Aquí no hay nada, yo estoy casada y tú comprometido, fin del asunto.

- Princesa - empieza hablar de nuevo y a acariciarme el cuello con sus labios, por no decir que empieza a dejar un reguero de besos -, cuando dos personas se atraen... no importa si tienen pareja o no... sólo hay que dejar que el mundo siga su curso... algo así como el hilo rojo.

- William, suéltame, por favor.

- ¿A qué le tienes miedo? ¿A vivir?

- Basta.

Me sujeta con solo una mano de la cintura y la otra la cuela por debajo de mi blusa. Es muy evidente que es más alto que yo así que se tiene que agachar a la altura de mis senos para acariciarlos con la boca por encima de la blusa. Sin ser consciente gimo y me sostengo de sus hombros.

- Princesa - habla separándose un poco de mí -, no estaba borracho, perdón.

No me da tiempo ni de protestar cuando ya tengo sus labios sobre los míos, ¡por fin!.

Love CrossedWhere stories live. Discover now