Capítulo 5

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Hannah

Desde el día que me reuní con la mujer que me contrato, se podría decir que no pare ni un segundo. Mis días estaban atestados de cosas que comprar para ocuparme del evento.

En general todo estaba saliendo de acuerdo al plan y eso me ponía feliz, había creado una especie de rutina diaria que consistía en levantarnos a desayunar, aveces salir a caminar por la playa y otras veces Hope me acompañaba a elegir cosas para la organización del evento.

Rachel aún me sigue pareciendo extraña. Su mirada penetrante me da escalofríos, por eso decidí que era mejor si trabajaba en la soledad de mi cuarto con la compañía de Hope y el sonido del televisor allá a lo lejos, casi como un susurro.

Y con Nicholas... lo cierto es que me ha llamado un par de veces para preguntarme como me va y esas cosas,todavía sigue insistiendo sobre lo de volver y yo aún sigo diciendo que necesito un tiempo.

Hope y yo estamos adaptándonos bien con nuestra soledad sin un hombre presente. Y aunque yo quería que creciera con un modelo paterno a su lado he pensado que tal vez después de todo yo esté errada con esa decisión porque un hijo no ata una pareja.

Sena el teléfono y presiento que mi paz se acabo porque cuando atiendo oigo la voz de Rachel del otro lado de la línea.

- Hola querida Hannah - dice con su voz estridente.

- Hola, ¿qué pasó? ¿va todo bien?

- Sí, sí, perdona que te llame, pero voy a ir a ver bien el lugar del evento con mi prometido y pensé que podrías venir tu también - siento que hace énfasis en MI prometido.

- Ok, solo digame cuando y a que hora e iré.

- En una hora puedes pasarte por el departamento - cabe decir que el señor "yo realizo eventos grandes" es dueño de todo un piso del hotel, el último para ser más exacta, y lo hizo un departamento, según me han contado los empleados de aquí - Willam nos lleva.

La verdad estoy emocionada porque por fin voy a conocer a William Russell, uno de mis mejores clientes y el cual no dejaría ir así como así en cuestión de negocios.

Hoy dejé desde temprano a Hope en la guardería porque había salido a hacer unas compras así que por eso no me preocupo tanto, está en buenas manos donde la tratan como una reina.

Tomo una ducha rápida y como no quiero verme poco profesional, pero tampoco como una adicta al trabajo, me pongo un vestido floreado que compré hace poco y unos zapatos con un tacón corrido y no muy alto. Me veo en el espejo después de maquillarme y me siento linda, hermosa, como hace mucho no me sentía. Sin duda cambiar de aires me ha hecho muy bien.

William

- Listo, ya le dije a Hannah que venga - dice Rach dejando del teléfono a un lado y sentándose en mi regazo.

- ¿Cómo les está saliendo todo?

- Pues - hace un puchero como niña chiquita - ella tiene unas ideas que no van con las mías en algunas cosas, pero aún así me deja decidir y hacer y deshacer a mi antojo.

- ¿Ya decidiste si la vas a contratar para la boda? - me sonríe y se levanta.

- No, no he decidido.

Rachel es de las personas que va por lo que quiere y se me hace extraño que si le gusta trabajar con la señorita Miller aún no haya decidido si va a organizar la boda o no así que por eso se lo pregunto.

- ¿La verdad? - asiento -. Ella es una mujer muy guapa, el prototipo que cualquier hombre quiere y la decisión la voy a tomar a partir de como reacciones hoy ante ella.

- O sea que esto es una prueba - le afirmo y me levanto cabreado del sillón -. Me parece ilógico que hagas este tipo de cosas, por más que me case contigo o con cualquier otra no vas a impedir que voltee a ver a una mujer que este guapa así como tú vas a voltear a ver a cualquier otro.

- ¡Pero no es lo mismo! Ella es rica, con clase, guapa... lo tiene todo. ¡Por Dios, hasta tiene una niña!

Eso fue un golpe bajo. Ella y yo ya hemos habado de tener bebés y mi respuesta hasta la fecha es NO, no quiero a un mocoso merodeando por toda mi casa y moviendo mis cosas, pero Rachel está obsesionada con tener uno.

- Si tanto quieres un hijo pues adopta, no sé, existe la inseminación artificial, cualquier cosa, pero a mí dejame fuera de ese tema.

- ¡No te puedo dejar fuera! ¡Nos vamos a casar, carajo! - grita y avienta un jarrón.

- Entonces no te cases conmigo si tanto te molesta mi decisión. Y deja de aventar cosas cada vez que te enojas porque vas a destruir mi casa.

Camino al balcón con vista al mar y me detengo a admirar las vistas ahí para calmarme aunque sea un poco.

Escucho que Rachel empieza a taconear hacía una habitación como cada vez que se enoja y que me grita antes de cerrar la puerta.

- ¡Eres un cabrón arrogante!

Y no se lo niego porque la verdad es que sí.

Al rededor de media hora después se escucha el timbre de la puerta, dejo que sigan tocando un rato más para ver si así Rachel sale de la habitación, pero no, no lo hace por lo cual me dispongo a abrir a quien sea que llame.


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Love CrossedWhere stories live. Discover now