Capítulo cuarenta y uno.

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En esos cortos once meses se dedicaron a conocerse mejor, pasando mucho tiempo juntos.
Una galería de arte contrató a Zayn para exponer sus pinturas, y hace ocho meses, el moreno tuvo su primer exposición. Luego de eso, las ofertas le llovían, varias de sus creaciones fueron compradas por una alta cantidad de dinero, permitiéndole vivir cómodamente.

Liam consiguió trabajo en el hospital donde había conocido al ojimiel, y el primer día de cada mes iba a la clínica para hacer seguimiento del tratamiento para ser padre. Zayn y él habían hablado mucho al respecto, y llegaron a la conclusión de que querían tener hijos lo más pronto posible, aunque aún se tomaban con calma su relación.

Zayn le pidió salir el día en el que le dieron la noticia de su propia exhibición, yendo luego a cenar para celebrar las dos mejores decisiones de su vida.

Hoy cumplían nueve meses de noviazgo, Liam había pedido permiso en el hospital de salir temprano para que le diera tiempo de preparar una cena sorpresa al mayor. Se movía con agilidad, colocando los platos y copas sobre la mesa, y en medio un balde con hielo y una botella de vino. Terminó de encender el par de velas y miró su creación,  en cualquier momento, Zayn podría cruzar la puerta, y todo debia estar perfecto.

Sonrió cuándo escuchó la puerta ser abierta, girándose en el momento que el moreno aparecía. Los orbes pardo miraron con entusiasmo de la mesa al hombre que lo esperaba parado con una gran sonrisa, y no tardó en apresurarse hasta él para besarle con todo el amor que sentía. —Feliz mesiversario, amor.

...

La cena había transcurrido entre una amena charla e intensas miradas, Liam se levantó de su asiento caminando hacia el menor bajo su atenta mirada. Con un suspiro, se sentó en su regazo, colocando una pierna a cada lado de su cadera y enredando los brazos por detrás de su cuello. Los tiernos labios se encontraron en un cálido beso, que fué profundizado por la mano en la nuca del castaño. Las caderas se molian con sensualidad sobre el regazo de Zayn, provocando algunos gemidos y que su miembro se pusiera duro. Los dientes chocaban, demostrando la desesperación que sentía el par. El moreno se separó apenas un poco, deseo brillando en su mirada. —Detenme ahora o no podré parar.

—No quiero que pares.

Las voces roncas volvieron nulos sus intentos de control, Zayn tomó al castaño de los muslos, tirando la silla hacia atrás cuándo se levantó. Con algo de dificultad, y sin dejar de besarse, subió las escaleras dirigiéndose a la habitación de ambos. Dió una fuerte patada a la puerta, abriéndola, y caminó a la cama para dejar delicadamente al mayor ahí.

Zayn delineó con las manos el varonil cuerpo de su amado, disfrutando de las suaves curvas de su cintura y trasero, y de los fuertes músculos que se marcaban con el mínimo movimiento. —Te amo, Liam Payne.

Los ojos castaños brillaron, algunas lágrimas se hicieron presente, pero aún así, dijo con voz segura y clara: —Te amo, Zayn Malik.



NO TENDRÁN SMUUUUT MUAJAJAJAJA.
Es una historia emotiva, así que no me maten por no darles setzo, esa parte se las dejo a su imaginación. Besosss. xx

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