Hey, extraño.

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Pasando una mano por su rostro en señal de frustración, Liam toma la hoja que el director del Instituto le había dado instantes atrás.
N

o estaba del todo complacido en ser asignado a un hospital a escasos meses de por fin poder graduarse, pero debía acostumbrarse; después de todo estaba destinado a ese lugar.

Miró al edificio que tenía enfrente y, con pasos cortos y lentos, entró.
Miradas se dirigieron a él, y una que otra sonrisa coqueta logró que pusiera los ojos en blanco. No le interesaba mantener alguna relación, ni fugaz ni estable, con nadie. Iba a dedicarse primero a terminar con sus estudios y luego ya tendría tiempo para perderlo en eso, quizás.

Miró a la recepcionista con una sonrisa amable. —Buenas tardes, vengo de parte del inst.. —se calló abruptamente cuándo la señora levantó una mano frente a él.
—Sé de dónde vienes, todos los años es lo mismo. —Bufando con molestia, la regordeta señora buscó algo entre una pila de papeles, hasta que encontró uno que la hizo sonreír.
Extendiéndole la hoja, sonrió con malicia. —Que te diviertas, cariño. —Murmuró con sarcasmo antes de darle la espalda.

Liam la miró confundido y alzó los hombros, sin darle más vueltas al asunto.
Caminó hacia el elevador, ya adentro miró por primera vez a dónde lo habían asignado.

"Zayn Malik, diecinueve años. Está en coma desde el día 12 de enero del presente año, gracias a un accidente automovilístico.
Sus padres, Tricia y Yaser Malik, murieron el 27 de mayo.
Se desconocen más familiares."

Tenía que ser una broma.

Entró a la habitación, y sus ojos se encontraron a un chico moreno con las pestañas que cualquier mujer envidiaría.

Estaba comenzando a preguntarse porqué para las prácticas de enfermería puso de primer opción 'recreación', en su defensa, él no tenía idea de que siquiera eso podría hacerse. Pensaba más en jugar con los niños que ahí había, o distraer a los ancianos para que sus últimos días de vida no estuvieran llenos de temor.

Suspiró. ¿Y qué se supone que debía hacer ahora?