Capítulo 30

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Era de madrugada. El mundo apenas comenzaba a teñirse de la cálida luz del sol.
Sin embargo aquellos golpes incesantes en su ventana le hicieron despertar de la larga noche que fue para él.

—Psss, Stefan. ¡Stefan, abre la ventana!
—¿Qué quieres, Magnus?

Volvió a acomodarse en la cómoda cama que le llamaba con insistencia. Entonces recobró el conocimiento.
¡¿Magnus?! ¡¿Qué es lo que hacía ahí?!
De inmediato se levantó torpemente y fue a abrir su ventana. El Príncipe Occidental estaba en una especie de cuerda floja a nada de caer puesto que sus pies apenas alcanzaban tocar el marco de la pared.

—¿Qué haces aquí, Magnus?
—He venido a verte. ¿Tiene eso algo de malo?
—No...
—¿Me dejarías entrar?
—¡Sí, por supuesto!

Lo tomó de la ropa y tiró dentro a su alcoba y cerró la ventana.

—No imaginé que me vendrías a ver de esta forma.
—Bueno... Pues ya ves. Lo que hace uno.

Entonces la mirada de su acompañante dejaba ver lo que trataba de ocultar con esa enorme sonrisa.

—¿Por qué estás tan angustiado?

Magnus suspiró antes de continuar hablando.

—He venido a darte una cosa...

Entonces de la bolsa de cuero que cargaba con él sacó aquella rosa roja que con tanto cuidado había trasladado de un reino al otro.

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⏰ Last updated: Aug 18, 2020 ⏰

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Príncipe Despreciable. ©Where stories live. Discover now