Capítulo 4

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El primer acercamiento fue extraño.
En realidad Stefan no tenía ganas de hablar con un tipo que seguro se sentía el centro del universo, pero aún así pasó.

Magnus se había hecho ya varios cambios de ropa frente a todos, lo cual al parecer ni siquiera a él mismo le incomodaba. En cuanto su traje estuvo listo los reyes fueron a tomar una copa del mejor vino que podía haber, dejándolos solos, ya que se llevaron a toda la servidumbre.

—Hola, Príncipe Austriaco.

Esas palabras sonaron tan lejanas pero tan cerca a la vez. Aunque le dio un poco de gracia, para su posición y que era alrededor de unos diez años mayor, ese saludo estuvo un poco soso.

—Hola, Magnus.

Habrían sido esas palabras suficiente por un momento, vaya que el prometido de su hermana ni siquiera había hablado con ella misma.

Aunque... ¿Importaba?

Tendrán él y su hermana una larga vida para hablar y hacer demás cosas.

Príncipe Despreciable. ©Where stories live. Discover now