Magnus entró lo más silencioso que pudo y se acercó a él lo más despacio posible.
—Magnus, ¿Qué haces aquí?
Él mientras se acercaba respondió.
—Quisiera pasar esta noche contigo.
Esas palabras lo alarmaron pero a la vez lo hicieron sentir tan feliz.
—Dudo sea lo más conveniente.
—Stefan I, mi principe. No es à lo que me refiero... Quisiera sólo abrazarte.
—Deberías estar con mi hermana.
—Te dije que me gustaba alguien más. A estas alturas debes saber que eres tú.
Stefan trató de resguardarse en la sedosa colcha que cubría su cuerpo y habló.
—Somos dos hombres, Magnus.
—Príncipe mio. No todos los príncipes buscan una princesa que necesite ser rescatada. ¿Puedo dormir contigo?
¿Para qué lo negaba? En sus adentros lo deseaba tanto.
Asintió y le hizo espacio a su compañero.
Esa noche durmió como nunca.
Magnus lo abrazó toda la noche.
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Príncipe Despreciable. ©
RomancePerder la cordura, como mínimo es el precio a pagar por amar a un igual... El mayor, es terminar decapitado en la plaza pública, y el intermedio morir en las mazmorras de tu propio palacio. ¿Cuál estás dispuesto a pagar? ** Historia original y tot...
