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Antepenúltimo capítulo :|

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Por ahí estare haciendo encuestas, dando noticias de mis libros y muchas cositas importantes ❤

_.-

Rozo con las yemas de mis dedos la áspera barba de tres días de Jules. Mis sentidos estaban muy inquietos al tenerlo a mi lado, así durmiendo tan placido, tan sereno, tan lleno de paz (cosa, que casi no se veía en el), mis ojos observan minuciosamente su perfilado rostro, como si este fuera cincelado por los mismos ángeles.

¿Estaba arrepentido de lo que hice anoche? Mi respuesta es no.

Mi corazón siempre le ha pertenecido a este hombre siempre y sé que pronto todo se reconstruirá con prosperidad y amor. Hope siempre fue nuestra balanza y mucho antes que naciera lo estaba siendo. Nuestro bebé, llego con un propósito a nuestra vida; siento que después de todo, mi padre me hizo algo bueno y es haber tenido a mi hija. Recordarlos a ambos me llena de mucho dolor, porque a pesar de todo fueron mis padres. Y eso es algo que agradezco desde lo más interno de mi ser, no soy rencoroso. Sonrió al notar como Jules, comienza a parpadear, para luego mirarme directamente a los ojos.

—Buenos días —le expreso dándole un beso en los labios—. ¿Cómo amaneces?

—A tu lado, excelente.

Mis mejillas se calientan e intento ocultarlo con mover mi cabeza a otro lado. Pero me lo impide tomándome de la barbilla con sus dedos.

—Eres un tonto, ¿lo sabias?

—No —alarga la «o» cuando me responde—. Pero, puedo ser lo que tú quieras. Además, creo que nunca te he dicho esto y...

Dos toques a la puerta hacen callar a Jules.

—¿Quién? —gruño.

—Yo... —se escucha la voz de Tayron con burla—. ¡Levántense par de tortolos que tenemos muchas cosas que hacer antes de irnos de Miami!

—¡Ya vamos!

Miro hacia la puerta, se escucha los pasos de mi amigo alejándose de la puerta.

—Bien ¿qué me ibas a decir? —su mirada demuestra tantos sentimientos, que me hacen delirar al saber que este hombre me ama.

—Que soy feliz a tu lado.

Mi corazón se oprime al paso de las palabras que me dice Jules.

—Yo también lo soy... solo que hay veces que me haces sacar de quici...

No termino de hablar cuando los labios de Jules se oprimen a los míos, intenta profundizarlo pero lo alejo inmediatamente.

—No —me mira dolido ante mi rechazo—, nos huele la boca mal —abre sus ojos sorprendidos y sale de la cama en un salto.

El curioso embarazo de Joseph ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora