—¿Como estoy? —preguntó susurrando Marc.

—Precioso.

Él me sonrió y me guiñó un ojo. Ambos giramos la cabeza y vimos como Gabrielle entraba acompañada de su padre.

Muchos grababan la entrada, y otros simplemente la disfrutábamos. Todos los invitados eran muy cercanos a los novios, y a la mayoría los conocía.

Cuando Gabrielle llegó al altar nos dedicó una sonrisa. Marc le susurró algo en el oído, haciendo que se estremeciese.

La ceremonia transcurrió como lo previsto. Cuando llegó el momento de decirle unas palabras a los novios, el mejor amigo de Marc y yo nos levantamos. Comenzó hablando él.

—Marc, Marc, Marc... Estoy muy contento por ti, amigo. Te conocí unos pocos años atrás gracias a Nike y no me arrepiento para nada. Eres un tío genial, y que nadie te diga lo contrario, porque si es así, estoy dispuesto a dejarme la piel por ti. Siempre quedarán esas noches de fiesta hasta las tantas y la resaca del día siguiente al ir a trabajar. Los días a los que íbamos al estadio a disfrutar del mejor equipo del mundo: el Nimes Olîmpique —sonrió nostálgico—. La verdad es que estoy de acuerdo contigo, prefiero el baloncesto —los dos rieron—. Le agradezco a la vida, a Dios y a todos, por ponerme a tu lado en un momento muy complicado en mi vida. Marc, te deseo muchísima suerte en esta nueva etapa, y disfruta y cuida de la gran mujer que tienes a tu lado. Os deseo lo mejor.

Todos los presentes aplaudieron. Marc y él se dieron un abrazo.

Ahora fui yo la que pasó a tener la palabra. Suspiré antes de recitar todo lo que le tenía y debía decir.

—Nunca pensaría que este día llegase, porque nunca pensé que íbamos a durar tanto tiempo juntas. Nuestras rabietas, enfados y desacuerdos fueron suficientes para pensar que en unos años no estaría aquí, diciéndote y expresándote cuanto te amo. Llegaste a mi por casualidad, y te quedaste de por vida. Jamás llegué a pensar que la niña que corría conmigo iba a convertirse en alguien tan especial para mi. Soy muy afortunada de tenerte a mi lado día tras día y no me cansaré de decirte lo loca que estás por subirte a mi carro en cada una de mis aventuras. Eres ese alguien que todo el mundo no quiere perder, y yo no voy a ser menos. Muchísimas felicidades por encontrar al hombre de tu vida y estar hoy apunto de formar una familia. Este es solo el comienzo de de una gran aventura, que cada día y descubrimiento de ese viaje que hoy emprendéis, sea de felicidad.

Los presentes volvieron a aplaudir. Gabrielle y yo nos fundimos en un abrazos.

—No hubiese imaginado mi boda sin ti. Te amo.

Nos separamos y yo volví a mi sitio, donde ahí las chicas me abrazaron.

Todos nos pusimos de pie, y para finalizar, recitaron las siguientes palabras.

—Puedes besar a la novia.

Marc y Gabrielle juntaron sus labios en un signo de amor verdadero. Un signo del cual tiraron la llave, para así no tener que arrepentirse.

[...]

La fiesta comenzó antes de irnos a cenar. Gabrielle se cambió de vestido, y mientras Amélie y yo la esperábamos, Antoine apareció detrás nuestra.

—Hola.

Ambas nos dimos la vuelta. Antoine tenía las manos en los bolsillos, y nos miraba tímidamente.

—Hola.

—Léa, ¿podemos hablar en privado?

Yo miré a Amélie. Ella asintió.

Á tes souhaits |Antoine Griezmann| #R&RAwards2017Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon