Chapitre 36.

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14 de enero de 2018

Léa

Hoy se disputaba el partido Atlético de Madrid contra el Real Betis Balompié. Quedé en ir con Lucía; Josema volvía al terreno de juego después de varios meses lesionado.

—¡Atleti te quiero! —gritaba Lucía.

Repetí la misma frase de Lucía. Afortunadamente ya había aprendido un poco más de español. Antoine me daba clases de vez en cuando o si no, iba yo a una academia cerca de Gran Vía.

Nos sentamos en nuestros asientos: fila siete, asiento 33 y 32, en el fondo norte.

—¿Sigues sin querer ir al palco? —preguntó Lucía señalándolo.

Negué con la cabeza.

—Desde aquí todo es más intenso —reí.

Los jugadores por ambos equipos comenzaron a saltar al terreno de juego. Koke y Antoine seguían sin hablarse, pero debían cambiar su actitud en el partido. El Atleti no puede permitirse el hecho de desaprovechar a dos jugadores porque estén enfadados.

Las peñas atléticas empezaron a ondear sus banderas y los gritos se oían desde la otra punta del estadio.

—¡Me encanta el ambiente! —gritó Lucía.

—¡A mi también! —exclamé.

En ese momento, me llegó una llamada entrante de mi suegra.

—¿Quién es? —preguntó Lucía mirando mi móvil—. Uhh, la suegra —hizo burla.

—Cállate —le ordené y contesté.

—¡Hola! —exclamé contenta y separándome un poco de Lucía para que no oyera la conversación.

Hola bonita —respondió—. Veo que estás en el estadio. ¿Todo bien?

—Sí —hice una pausa para pensar—. Y por allí, ¿todo en orden?

Afortunadamente —las peñas empezaron a gritar aún más fuerte y era casi imposible poder oírla—. Menos mal que todo salió bien.

—Perdone, pero con el ruido que hay no le he oído —confesé.

Lucía tocó mi hombro y señaló al campo.

—Antoine te está saludando.

A duras penas podía distinguir a alguien en el campo. Pero Antoine movía los brazos alegremente de un lado para el otro mientras que Josema se movía aleatoriamente.

—Que par —reí y les devolví el saludo.

—¿Qué dijiste Léa?

—¿Eh? Ah, no, nada. Estaba saludando a Antoine. ¿Podrías volver a repetirmelo por favor?

Claro. Hugo se cayó de la pértiga jugando y se rompió las paletas.

Aguanté mis ganas de reirme y suspiré.

—¿Qué hacía Hugo subido en una pértiga?

Vete tu a saber —rió—. Creo que el entrenador no estaba y empezaron a jugar.

—Que mal —hice una mueca y me fijé que los jugadores ya se habían ido a cambiar—. Isabelle, me tengo que ir, el partido ya va a comenzar. Mándale ánimos de parte mía y de Antoine a Hugo.

—¡Oh claro! Que tonta. Disfruta pequeña. Pronto os iremos a visitar.

—Lo tendremos todo preparado —sonreí—. Hasta luego.

Á tes souhaits |Antoine Griezmann| #R&RAwards2017Where stories live. Discover now