Regreso

289 8 0
                                    

    Entré resignado a mi departamento, después de todo lo que había ocurrido esta semana no era difícil llegar a la conclusión de que había estado de la mierda, sólo quería recostarme y pedir un poco de pizza para que acompañara mi soledad. 

    Ya en el sillón desbloquee mi teléfono y abrí el historial de llamadas. Sesenta llamadas perdidas de Martín (realmente pensé que iban a ser más pero sus mensajes desesperados buscándome me lo recompensaron).
    Marqué a las pizzas, me pedí dos hawaianas con cereza y un refresco familiar de mandarina que no iba a consumir. La cosa es que adoraba esa pizza por más gay que pareciera y no recuerdo un sólo cumpleaños sin haberla consumido.

    Después de colgar fui a la cocina, "Vamos a estrenar esta cosa"  tomé un filtro del cajón y algo de café de la alacena junto con la miel.

Sí.. Café con miel. ¿Algún problema?

    Para ser un desastre y un estudiante de universidad me doy cuenta de que tengo bastantes cosas servibles en mi cocina. Conecto la cafetera y escucho la puerta.

  — ¡Quién! — No me atrevo a acercarme, sigo con mi intento de sacar la tapa con una mano; si me interesa iré. 

 — ¿Hola?... ¿Román?— era la voz de una chica — Ammm es que... estaba en el café y vi que regresaste, me dio curiosidad saber cómo estabas... Soy Teresa— "¿Quién carajos es Teresa?"  — Sólo quería dejarte algo que compré para cuando te recuperaras— después de un silencio finalmente escuché que soltaron un golpe en el piso — Okay... amm, nos veremos después... supongo—. 

La última palabra se oyó más baja, sospecho que lo susurró pero estaba tan pegada a la puerta que alcancé a escucharlo.

    El remordimiento llegó un poco a mi pensamiento; después de todo dijo que me había comprado algo.
Fui hacía la puerta, retiré el seguro y  al abrirla me encontré con un paquete en mi alfombra, era pequeño y envuelto en periódico "Qué original" , por cierto tenía días que no lavaba mi entrada y mi alfombra, me refiero a incluso antes del accidente y no me había dado cuenta de la mala vista que detonaba.
Mi departamento era definitivamente el verdadero ejemplo de un soltero puberto en su máximo esplendor y al agacharme a recogerlo no sólo me dolió la espalda, sino que también observé unos rubios cabellos en las escaleras de bajada. Salí de mi departamento y la reconocí, me pegué a la contra-esquina de la pared edificio en donde ahora la veía toda. Era la chica del café internet; igual de delgada, con su vestimenta que la identificaba y por supuesto con esa loca melena que parecía había planchado hace días.

 Era la chica del café internet; igual de delgada, con su vestimenta que la identificaba y por supuesto con esa loca melena que parecía había planchado hace días

Ups! Tento obrázek porušuje naše pokyny k obsahu. Před publikováním ho, prosím, buď odstraň, nebo nahraď jiným.

  — ¡Hee! ¡Teresa! — hice que al menos frenara en seco.
  — Oh; sí estabas, pensé que había visto sólo una sombra... estoy un poco loca— hizo algunas muecas de confusión mientras giraba y antes de dar el paso a subir giró la cabeza de lado — ¿Quisieras estar sólo o...?— 
  — Ah no, adelante— "De hecho sí quería estar sólo pero no me afectaría algo de compañía" — Pedí pizza y amm.. no sé, tal vez... ¿Te gusta el café?—.
Teresa sonrió y subió las escaleras sin recargarse en el barandal —Claro— miró hacia abajo hasta que pasó junto a mi y me miró a los ojos.

Coffee WindKde žijí příběhy. Začni objevovat