Coffee Wind

Recuerdos

   Seguí caminando por la misma cafetería todas las mañanas del resto de la semana.. saludando a la misma chica de aquel Internet.. pasando por el mismo callejón.. viendo los mismos taxis. Llegando los mismos minutos tarde al instituto.

   Ya era Martes de nuevo y me preguntaba ¿Qué pasaría si arreglaba mi camisa un día antes? ¿Qué pasaría si apagara el despertador en su primera sonada? ¿Qué pasaría si no olvidará mi celular antes de salir? Y pensando en aquellas preguntas no pude cerrar los ojos para dormir.
   Tomé mi celular y me puse a navegar un rato en facebook, al aburrirme descargue unas canciones, luego le marque a Martín para molestarlo y al resignarme de que no iba a poder dormir me levanté y estúpidamente me pregunté qué estaba haciendo con mi vida... 
Tenía 19 años..
   Acababa de empezar mis estudios como artista.
   Recuerdo que mi padre siempre pensó que era una tontería y me prometió que no me pagaría mis estudios de seguir con ese pensamiento; y lo cumplió. Me escapé de casa a los 17, un joven con esperanzas de cumplir sus sueños.. Vaya pasado.
   Tan común como el de más compañeros.. Pude haber terminado en la calle pero por suerte mi padrino me encontró un departamento. Él era el único -hasta ahora- que sabía mi ubicación y esperaba que así fuera por muchísimo tiempo más.

Muchas personas dicen que el arte es una pérdida de tiempo, que no le hayan el sentido, que no se vive de eso..
Puede ser que no se viva de una pintura, pero para una persona como yo sí te hace sentirte vivo.

   Vivía en una ciudad nada pequeña cuyo nombre no mencionaré pero a pesar de eso no podía evitar el hecho de sentirme sólo. Tenía amigos claro; pero no los podría llamar los mejores. Quizás estaba loco, quizás pedía demasiado, quizás mi vida no era lo que de pequeño me contaban que sería.. Pero de un 'Quizás' no se vive. Y de la soledad tampoco.

   Sin saber que hacer me propuse arreglar la isla de mi cocina, teniendo tantas cosas posibles que hacer sólo decidí poner un poco de orden en mi vida y comencé con la cocina. Nunca la ocupaba; tenía una cafetera verde que compré el mes pasado y ni siquiera la había estrenado. Tenía un horno de acero inoxidable con una garantía que de seguro era el borrador de alguna obra sin terminar. Aquel se escondía entre un montón de pinturas secas, hojas manchadas y lápices viejos sin punta.
Dentro de mis gabinetes se hospedaban algunos platos y vasijas; toda esa cerámica había sido alguna vez de mi madre.
Mi padrino había tenido la gran idea de comprárselos a mi papa al ver que no los ocupaba y me los regaló al cumplir la mayoría de edad y por increíble que fuera sigo pensando que fue el mejor regalo del mundo.

   Al terminar la isla y echar viejas cosas a la basura y algunas otras al closet seguía sin saber como diablos podría comenzar a ordenar mi vida. Encontré una cajetilla de cigarrillos y algunas botellas de vodka vacías.. recuerdo cuando las abrí; recuerdo la música que oía, recuerdo la noticia que acababa de recibir y también la persona que me rescató de aquello.
   Hace 6 meses que no consumía un vaso de alcohol, y seis meses también que no me fumaba un cigarrillo.. Creo que aquello era lo que necesitaba, un poco de relajación; relajación que sorprendentemente la pintura no me podía brindar.

Me acerqué a la ventana, las luces de la ciudad nunca dejan de funcionar, alguien del edificio de enfrente tampoco podía dormir pues su luz también estaba encendida. Me pregunto qué estará haciendo mi papá justo ahora, que estaría haciendo mi madre.. ¿Y la señora que me encuentro cada tarde? ¿Y la chica del Internet? ¿Y los empleados de la cafetería? ¿Y mis amigos? ¿Y yo.. Qué estoy haciendo con mi existir?
    Así me quedé hasta el amanecer, pensando en tanto y nada a la vez, imaginando la vida que podría ser y la que es.. Así hasta terminarme la única caja de cigarrillos que parecía había comprado y olvidado, estaba estresado y frustrado conmigo mismo sin saber la razón y lo peor era que pensaba que no lo podía arreglar.

   Al sonar mi alarma no me precipité a apagarla como de costumbre sino al contrario.. La dejé hasta que lo hizo sola. No dormí pero no me sentía exhausto. Ya era Miércoles por fin. 

Decidí bañarme con agua fría para despejarme y al cambiarme, tomar mis cosas y estar casi en la puerta suspire profundo..
Otro día más, mismas clases, mismas personas, mismos lugares, mismos deseos de esperar que hoy fuera diferente a ayer.. Y de nuevo resignarme a que no lo sería.