Coffee Wind

Descontrol

Caminé esta vez por el lado de la banqueta de mi edificio; estaba nublado y hacía bastante frío.. Yo usaba unos jeans claros agujereados y una cazadora negra que no me cubría nada del ambiente pero no podía regresarme, estaba en lista negra. Siempre faltaba a la mitad de la primera clase pero últimamente ya ni el profesor me dejaba pasar y a pesar de que me advertían no quería apurarme. Me daba igual la escuela -en lo que concierne a la puntualidad-, tenía beca del 80% y hubiera sido de cien si siempre entrara temprano. Es una tontería.. El tiempo no mide el talento.

Sonaron algunos truenos, hoy no estaba el sol como de costumbre y después de pocos segundos comenzó a llover. 'Genial' pensé; me alcé la cazadora sobre mis hombros y caminé un poco más rápido hasta empezar a trotar. Ese día no sentí ganas de saludar a nadie, ni de pasar por el callejón aquel, ni de asomarme a la cafetería, sólo quería que terminara para ver si mañana me sentía mejor.
Seguía trotando hasta que comenzó a llover aún más fuerte y en alguna sensación indescriptible de ansiedad sólo quise llegar lo antes posible al instituto.. No podía ver nada; la lluvia era intensa, mis ojos comenzaron a hacerse pequeños como por arte de magia, mi cabello obscuro comenzó a cubrir mi cara, mis jeans estaban empapándose, mis zapatos se llenaban de agua tanto como mi espalda y la cazadora comenzó a servir de nada pero seguía sosteniéndola de la misma forma. Sin mirar a los lados decidí cruzar la calle; corría lo más rápido posible sólo intentando llegar al otro lado pero ni mis zancadas ni mis respiros sirvieron de algo; cuando escuche aquel claxon, cuando me cegaron esas luces.. Ya era algo tarde.

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Sentí el golpe por alguna de mis costillas derechas, hice un arco casi perfecto antes de levantarme por los aires; mi brazo se atoró con la manga de la cazadora, mi cuello se torció al vaivén del estruendo, mis ojos se cerraron en un parpadeo fugaz...

El pavimento estaba quizás frío pero el ardor en todo mi cuerpo sólo indicaba temperaturas cálidas; no sentí nada más después del aquel primer contacto... No asimile la caída, no presentí el dolor, no reaccioné a la adrenalina, no pensé en alguna consecuencia...

Solo me deje llevar,
me deje volar, 
me deje caer...

Lo único que no me dejaba era reaccionar; no escuchaba, no sentía y no quería abrir mis ojos ni aceptar la realidad. De lo único de lo que podría estar casi seguro era de haber estrellado el vidrio de aquel coche.

Comenzó poco a poco un zumbido en mi oreja derecha, inicié oyendo la lluvia caer, luego empecé a reaccionar cuando fui consciente de que caía sobre mi piel también, y finalmente abrí los ojos sin poder mover lo demás aún. La calle sonaba lejana, algunas voces estaban muy distantes también. Cuando al fin tuve un poco de control de mi mismo intenté mirar la escena, girar mi cuello, mover mi cuerpo pero algo me lo impedía.

No era dolor porque no sentía nada mas que esa extraña sensación de tener dormido el musculo pero antes de ponerme a averiguar primero necesitaba levantarme y era inútil.

No mucho tiempo después alguna chica gritó por ayuda, creo que era la que conducía el coche porque repetía mil veces "¡¿Que hice, que hice, que hice?!" mientras yo sólo me repetía 'Me atropellaste, quizás' al mismo tiempo que intentaba sacar alguna carcajada de sarcasmo que mi cerebro no me permitía formular. Hasta en los peores momentos encuentro la forma de arruinarlo.
Quise quedarme inconsciente pero algo me advertía que no volvería a despertar si cerraba los ojos.

No veía más que el nublado cielo y aquellas gotas que involuntariamente entraban en mis ojos.
Parecía que lloraba y poco a poco sentía más dolor pero como algún tipo de pellizco incomprendido que no podía controlar.
Finalmente cedí a lo que mi cerebro anhelaba, y cerré los ojos con el miedo de no volver a abrirlos de nuevo.