— Ayer te dije que te amaba... Supongo que hablo enserio.

Sí, Jimin lo había escuchado y también le dijo que lo amaba, pero el amor se podía sentir no tan solo con el chico que te gusta, sino también existía el amor de los amigos y el fraternal. Enamorarse era algo más profundo, algo que marcaba el punto sin retorno cuando se hablaba de sentimientos.

— Es que enamorarse es mucho más... Prácticamente me estas dando tu corazón y debes estar seguro... Quizá yo no sea...

Su cháchara simplemente es interrumpida por las labios de Jungkook moviéndose suavemente sobre los propios y haciéndole olvidar lo que estaba diciendo. No importaba cuanto intentase explicarse, Jungkook no dejaría que siguiera planteando algo así porque Jimin se merecía todo aunque él no lo creyese.

— Tu te mereces más que eso —susurra cuando el beso termina y posa su mano en una de las mejillas de Jimin—, y yo te lo daré todo... Absolutamente todo de mí.

Algo se asusta en el interior de Jimin al escuchar tales palabras. Jungkook estaba demasiado dentro en su corazón y sería muy difícil sacarlo si las cosas salían mal. Tiene miedo, miedo de ser abandonado de nuevo y esta vez por el chico que ama con locura. Siente que nunca será suficiente, que en algún momento Jungkook se aburriría de él así como su propio padre lo hizo.

No podría soportarlo.

— No quiero perderte —le dice finalmente escondiendo su cabeza en el hombro del castaño—... Si te pierdo a ti ya nada tendrá sentido para mí.

Jungkook lo entiende por completo y es que se siente de la misma forma. Jimin había llegado a su vida como esa parte que le faltaba después de haber perdido a su madre hacía tantos años. Jamás se había compenetrado tanto con alguien y de aquella forma tan profunda. Dudaba que eso fuera algo que se pudiese repetir, así que si perdía a Jimin no quedaba nada más.

— No me perderás porque yo no quiero perderte a ti.

Esa noche se quedan abrazados mirando las estrellas. Poco importaba si las cosas se ponían peor después, al menos por unas horas no les preocupaba nada más que estar en los brazos de otro.

Y eso bastó, al menos por un momento.




•    •    •



Salió temprano de la casa de Jimin para ir a hablar con Taehyung. Sabía que el padre del chico podía ayudarles y prestar consejos legales a la señora Park, por lo que iba caminando bastante apurado para alcanzar el autobús que le dejaría frente al departamento. Había descansado muy poco por la noche y seguía igual de preocupado que antes, parecía que no era capaz de controlar la presión de los acontecimientos, aunque claramente no lo demostraba frente a ninguno de los Park. Ese era el momento donde Jungkook debía guardarse todo lo que sentía (como la mayoría del tiempo) y dedicarse a ayudar (lo que no sucedía nunca).

Cuando llegó a la parada de autobús se dispuso a esperar mientras le mandaba un mensaje a Jimin indicándole que lo vería por la tarde. Ese día ambos faltarían a la escuela porque el peli-rosa dijo no ser capaz de sentirse cómodo sabiendo que su madre estaría declarando en la corte mientras el asistía a clases de matemática. Jungkook entendió por completo y le dijo que el le acompañaría hasta que regresase. Debían esperar la respuesta de Youngmin para estar seguros de si comenzarían con el proceso legal.

A pesar de que estaba bastante distraído mientras tecleaba sobre la pantalla del teléfono pudo escuchar el motor de un auto deteniéndose frente a él. Confundido alza la vista encontrándose con un vehículo negro aparcado sin importarle que existiese un semáforo justo delante de él. Jungkook iba a gritarle algo para que se moviese, pero antes de poder hacerlo la ventana del copiloto se baja y deja ver a quien estaba conduciendo el automóvil.

¿Acaso era un chiste de mal gusto?

— Pareces ir atrasado a algún lado —la voz del hombre era grave, casi como la de un asesino serial—, ¿te llevo?

Era primera vez que miraba tan de cerca al padre de Jimin y parecía que algo había aflorado desde su interior quemandolo todo a su paso. Tuvo que apretar los puños con fuerza para evitar alterarse.

— ¿Por qué me subiría a un auto con usted?

El hombre sen encoge de hombros, casi como si le costase muy poco convencerlo.

— ¿Acaso no te interesa saber por qué hago esto? Si eres cercano a mi hijo de seguro te lo estarás preguntando, porque Youngmin no me deja explicar nada.

Había un punto crucial que era verdad. Jugnkook venía carcomiéndose el cerebro desde que todo había comenzado preguntándose a si mismo muchas cosas. ¿Por qué volver ahora? ¿Por qué después de tanto tiempo? Y esas preguntas no podían ser contestadas por nadie más que el despreciable hombre que tenía justo al frente. Quizá era una mala idea y si Jimin se enterava podría enfadarse bastante con él, pero habían muchas dudas que necesitaban explicación, demasiados cabos sueltos que requerían respuestas.

Así que se levantó, abrió la puerta del auto y se sentó en el lado del copiloto.

— Espero que lo que tenga que decir sea importante —sentencia cuando se coloca el cinturón porque no dejará que aquel hombre pueda intimidarlo—, no estoy para perder tiempo con nadie.

Park Dongyul sonríe de lado mientras pone en marcha el auto.

— Yo también quiero saber muchas cosas, chico. Podemos ayudarnos mutuamente.

Ambos se miran unos segundos con los semblantes totalmente serios para luego volver la vista hacia el frente. Era imposible predecir lo que pasaría en ese momento, pero Jungkook estaba decidido a obtener respuestas que pudiesen ayudar a Jimin.

O al menos eso intentaría.






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Nota: Maratón 2/3.

Nota: Maratón 2/3

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Agridulce ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora