025.

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Jeon Jungkook:

Te parece si nos vemos en el gimnasio para entrenar después de clases?

Jimin lee el mensaje y sonríe inconscientemente, de forma rápida y sin perder tiempo comienza a teclear la respuesta. Había estado esperando esa señal durante toda la mañana que había estado en la escuela y se sentía muy feliz de que por fin hubiese llegado. Ya quería ver a Jungkook.

Park Jimin: 

Allí estaré

Aquello había sido lo más dinámico de su día. A pesar de que su vida había cambiado bastante durante las últimas semanas su rutina escolar se mantenía intacta. Seguía siendo un fantasma que escuchaba los susurros que sus compañeros decían cada vez que pasaba por el lado de ellos. La diferencia estaba en que ya no le afectaba tanto como antes, ahora tenía mejores cosas en las que preocuparse, cosas que le hacían bien.

Sabiendo que ese día sería el primero en que vería a Jungkook después de la noche de confesiones dio un énfasis mayor en verse bien. Se había puesto una camisa floreada de color durazno más una chaqueta de cuero azul encima, también traía  unos diminutos shorts blancos y zapatillas del mismo tono. Casi llegó atrasado por eso pero de todas formas se dedicó a pintarse las uñas de un tono holografico que su madre le había conseguido el día de sus cumpleaños. Por último había delineado sus ojos y puesto un poco de sombra rosa que combinaba perfectamente con su cabello. Estaba listo para que Jungkook lo viese y le diera algún cumplido.

A pesar de que el resto del día se le hizo bastante largo entre química y álgebra por fin escucho el bendito timbre sonar dando así el permiso para salir del salón e ir en busca del chico tatuado. Se colgó la mochila en la espalda y bastante distraído salió por la puerta con su marcha dirigida hacia el gimnasio. 

Jimin estaba emocionado desde el día anterior. Habló con Jungkook por horas y ya le dolían las mejillas de tanto sonreír. A pesar de que su conversación era más bien trivial sobre lo que hacían o él mandando fotos de Baekdu jugando con sus zapatos, a veces existían momentos en los que Jungkook le decía cosas que le revolvían el mundo entero y que le hacían caer cada vez más por el chico.

Durante la noche pensó en lo que deseaba. Definitivamente Jimin quería ser algo con Jungkook. La verdad es que no sabía exactamente qué o como definirlo, pero aquello era lo que más repetía su corazón cada vez que pensaba en el castaño. Quería que ambos estuviesen consientes de que algo existía entre ellos, poder tomarle la mano en el momento que sea y que él le mirase a los ojos sonriendo. Esperaba que no fuese mucho pedir.

En ese momento iba tan ensimismado en su nube mientras doblaba hacia la derecha en el final del pasillo que no se dio cuenta que lo estaban siguiendo de cerca. Como si nada siguió su paso con la sola imagen de Jungkook dentro de su mente y cuando ya estaba a mitad de camino sintió un fuerte agarre en su muñeca para luego ser empujado bruscamente contra la pared.

Jimin abrió los ojos preso del pánico cuando vio a uno de sus compañeros de clase llamado Junghae frente a él.

− Sígueme, marica.

Sin poder evitarlo fue arrastrado por Junghae hacía la parte de la escuela que estaba más desolada. Durante el camino intento zafarse y varios chicos vieron lo que estaba pasando pero aún así nadie fue capaz de detenerlo. Jimin no esperaba más, las personas seguían sin importarles lo que pudiese o no pudiese pasar con él.

Se detuvieron frente a uno de los casilleros más viejos del lugar donde cinco de sus otros compañeros estaban esperando su llegada. Sin cuidado alguno Junghae lo estampo contra el metal logrando que se golpeara duramente contra la espalda y Jimin solo puede soltar un chillido de dolor.

Agridulce ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora