013.

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Cuando Jimin ve a Jungkook ubicado a un costado de la fogata con el contrincante de este último justo al frente, lo único que puede hacer es rogar en su mente que al castaño no le sucediese nada.

Estaban en un círculo de personas esperando a que el Árbitro (un hombre que parecía estos motoqueros a la antigua con chaqueta de cuero y barba descuidada) diese la señal. Jimin podía escuchar claramente a la multitud vitoreando a Jungkook a pesar de que este aún no se movía. No quería dudar que el chico tatuado era bueno en lo que hacía.

– Conocen las reglas –grita el hombre con el megáfono–, la pelea termina cuando uno de los dos se rinda o simplemente no pueda seguir más. No pueden salir del círculo ni ocupar objetos de cualquier tipo para dañar a su oponente. Fuera de eso cualquier tipo de práctica de lucha es permitida.

A Jimin le dolía el estómago el mero hecho de pensar en todas las cosas que podían suceder durante el encuentro y que hubiese un montón de personas empujándolo para ver mejor tampoco ayudaba.

– Mantente cerca de mi –advierte Namjoon después de haber estado contando dinero–, o sino Kook nos matará a los dos.

Ni siquiera dudó en las palabras del moreno así que se colocó bastante cerca de él para no correr peligro. Desde donde estaban tenía la vista perfecta al perfil izquierdo de Jungkook. Mientras le miraba el castaño se dio vuelta para regalarle una sonrisa socarrona.

El cuerpo entero de Jimin tembló.

Hasta podía decir que aún sentía los labios de Jungkook rozando se frente. Fue como si el momento hubiese pasado en cámara lenta y Jimin fuese el encargado de tomar el detalle de cada segundo. Sentía sus mejillas calientes más el corazón acelerado, todo por simple beso que ni siquiera llegó a sus labios.

Fue sacado de sus pensamientos gracias a que el Árbitro alzo las manos avisando que en cualquier momento empezarían. El contrincante de Jungkook, un chico mucho más alto con el cabello rojo, comenzaba a mover los brazos haciendo gritar a la gente mientras que el castaño se ponía en posición como si estuviese analizando cada movimiento. El corazón de Jimin latía demasiado rápido y no estaba seguro de si podría soportar más tiempo así.

– ¡Ya es hora de que empiece la masacre! –grita el hombre haciendo que la multitud aullara aún más alto– ¡Por el lado derecho tenemos al más despiadado del círculo, conocido por todos por su nula piedad, Minghao!

El chico de cabello rojo alza las manos como todo un ganador mientras la gente lo celebra. Jimin traga saliva, se ve muy intimidante y tiene miedo de que algo malo le pase a Jungkook. El arbitro hace un gesto para que la gente dejase de gritar y presentar de una vez por todas al castaño.

– ¡Por el lado izquierdo tenemos al favorito del público y el terror de todos los boxeadores de mala vida, el maknae del círculo, Kook!

La gente literalmente se vuelve loca mientras que Jungkook parecía seguir concentrado en los movimientos de otro chico. Jimin observaba aquel ceño fruncido en el rostro del castaño y un escalofrío recorría toda su espina dorsal.

– ¡Sin más preámbulos! –grita el Árbitro sacando una bocina en lata del bolsillo– ¡Que comience el círculo!

La bocina improvisada suena desatando el caos.

Jimin es empujado por la gente que quería estar más cerca de espectáculo. Aunque Namjoon alcanzó a agarrarlo del brazo para que no se cayese de todas formas recibió golpes a diestra y siniestra. Le era difícil mantener el equilibrio pero se obligaba a si mismo a hacerlo para poder ver a Jungkook.

Por su parte el castaño estaba con los brazos en guardia y las piernas en fila, como si fuera a entender que estaba esperando algo. Su contrincante, el tal Minghao, lo miraba de forma
burlesca y el fue quien se acercó primero lanzado un golpe directo al abdomen de Jungkook.

Agridulce ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora