— Gracias mamá. — la abrazo. — Seré la reina que todos esperan de mí.

— No lo dudo. — Se seca las lágrimas. — El peluquero va llegar en media hora para arreglarte. Antonio esta viendo todo en el salón junto a Peter para ver si todo está en orden. — Asiento feliz. — Hija... Em, no quiero meterme en tu vida, pero tú y Peter ¿se están cuidando?

Me sonrojo un poco.

— Mamá. ¿Por qué me preguntas eso? — digo incómoda.

— Por qué, me encantaría ser abuela, pero no es el momento. Son muy jóvenes aún, ustedes dos apenas están creando una vida y un bebé en estos momentos no es conveniente. No soy tonta porque los dos duermen en la misma habitación, no es precisamente dormir lo que hacen.

Ay dios mi madre con sus preguntas incómodas.

— Para que estés tranquila, sí nos cuidamos y estoy tomando las píldora

— Me alegro. Además antes de nietos, los quiero ver casados.

Iba a contestar a esa, pero la puerta se abre y entra Peter con una gran sonrisa.

— Por mí nos casamos mañana. — Oh por Dios, lo miro sorprendida.

— No me des idea Peter O preparo la boda hoy mismo. — Dice mi madre divertida.

— Pues sería genial.

— Wow, esperen. Estoy nerviosa con la coronación y ustedes quieren hacer una boda que ni siquiera me han hecho la pregunta. Si nos casamos será como es debido, pero no ahora.

Peter se acerca a mí y me da un  beso que me roba la respiración.

— Tú solo di la fecha amor y nos casamos, yo estoy listo.

— Sos un lindo, pero no me pongas nerviosa de lo que ya estoy y cuando acabe todo esto lo hablamos como es debido.

— Como quieras amor. Emilia, Antonio le pide si puede ir al salón al ver las flores y algunas cosas para que vea cómo ha quedado.

— Bueno. — camina hacia la puerta y antes de salir nos voltea a ver. — Ojito ustedes dos con hacer cositas en este día.

— ¡Mamá!

Ella comienza a reír y sale del cuarto dejándome toda roja de vergüenza.

— No es mala idea.

— Peter, basta. — me tapo la cara con mis manos.

— Amo cuando te sonroja, sos tan linda.

— Pues yo no. — Camino hacia el balcón y veo como todos los empleados van de un lado a otro.

— ¿Qué pasa amor? — Se acerca a mí.

—  No sé....... siento algo extraño como un nudo en la boca del estómago.

— Son los nervios, hoy serás la reina por fin. — me abraza.

—  Sí debe ser eso. Peter ¿hiciste lo que te pedí?

— Sí, amor mande a unos de los empleados a recogerlos.

—  Gracias. — Me apoyo en su pecho, ya que él me tiene abrazada por la espalda.

— Serás la mejor reina, mi amor.

— ¿De verdad lo piensas?

— Claro amor. Yo estoy muy seguro que lo serás.

— Oh aquí está princesa. — Volteamos a ver y el quien me va arreglar esta viéndome con una sonrisa. — Es hora de arreglarla.

— Yo te dejo. — me da un beso.

Protegiendo a la Princesa Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin