Capítulo 6.

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No dejo de pensar en el beso entre Peter y esa criada maldita. Entiendo que no debo enojarme porque ellos son libres de hacer los que les plazca, pero me molesta. Si quieren tener algo que lo tengan fuera de mi palacio. Es que no comprendo como una mujer puede meterse a la cuarto de un hombre que apenas conoce. Eso es lo que no comprendo. ¿Cómo permite una cosa así? Es que lo odio con todo mi ser. Necesito encontrar la manera de que él se vaya, no lo quiero aquí, tengo que buscar la manera de hacer que él se vaya. Sonrió al saber lo que tengo que hacer. Le voy hacer la vida imposible hasta que ya no aguante y decida irse.

Algo más tranquila volví a entrar y una de las criadas se acerca a mí para avisarme que mi padres están en el comedor esperándome. Escucho que están hablando, pero cuando me ven llegar guardan silencio, intentando mostrar su mejor cara, pero se les nota que algo que les preocupa.

— ¿Pasa algo? — pregunto en el momento que me siento.

— No hija. — dice mi padre rápidamente. — nos llego la invitación a la fiesta de tu primo Simón. — dijo mi padre y yo asistí feliz.

— Eso es genial. Simón me contó sobre esa fiesta, pero nunca me dijo cuando sería ya que no estaba muy seguro.  — digo emocionada. — ¿Cuándo será? Porque así compro lo necesario para ser la mas vista de esa fiestas.

— La otra semana será. El  sábado — me informa mi madre.

Asiento encantada porque tengo suficiente tiempo para que me preparen mi vestido.

— Eso es genial, tengo tiempo para que mi modista me haga el mejor vestido para ese día. quiero que todos queden con la boca abierta y opacar a todas las chicas.— digo con una sonrisa.

— No lo dudo. — dice mi padre. — hija nosotros tenemos que salir.

— ¿Dónde? — pregunto. — siempre comemos juntos.

— Nos invitaron a una comida. — dice mi madre al momento que se levanta.

— ¿Puedo ir? — digo, ya que no quería quedarme aquí. — es que siempre comemos juntos y bueno al irse ustedes no me gusta mucho comer sola.

— Lo siento hija, pero esto es asunto de política y es una cena muy aburrida. Hasta donde recuerdo eso a ti te aburre. — hago una mueca ya que mi papá tiene razón.

— Lo siento cariño. — dice mi mamá y se acerca a darme un beso en forma de despedida. — adiós.

— Adiós. — susurro y los veo irse.

Suspiro y nunca antes me habían dejado sola en la hora de comer. Ellos siempre comen conmigo. Quizás de verdad sea únicamente política, pero odio estar sola. Suspiro y veo como una de las criadas me con pesar. Arrugo mi frente y me pongo reta mientras le digo autoritaria:

— Quiero un jugo de naranja ahora mismo. 

— Como desee princesa. — me hace una reverencia y va a traerme lo que le ordené.

No tarda nada y me deja el jugo. Solo eso pido. Le ordeno que no quiero comer y que se vaya. Hago una mueca al estar aquí sentada en este gran comedor yo sola. A mi mente vuelve nuevamente la imagen de Peter y Sofía besándose y quiero gritar. ¿Por qué la besó?

— ¿No irá a ninguna parte?

Escucho de pronto y dio un grito y dejo caer todo mi jugo encima.

— ¡Pero que te pasa! — grito furiosa y miro a Peter con ganas de matarlo. — casi me matas de un susto. No puedes venir y hablar de pronto. Mira como quedé. — digo al sentir mis piernas pegajosa.

— Perdón. — dice conteniendo las ganas de reír y sé que no lo siente en nada.

— No le veo la gracia. — me levanto. — no voy a salir a ninguna parte, así que te puede ir hacer lo que quiera. O más preferible, irte y no volver.

Protegiendo a la Princesa Where stories live. Discover now