Lali.
No sé que tiene planeado Simón, pero sé que no es nada bueno. intento soltarme de amarre que me hizo, pero se me es imposible y más bien me estoy lastimando las muñecas. Mi desesperación crece y crece sin poder saber cómo salir de esto. De pronto la puerta se abre y él entra mirándome con una sonrisa. Lo veo caminar hacía un escritorio y abre uno de los cajones, lo veo que saca unos cables y no entiendo para qué. Se acerca a mí y me los muestras.
— Sé qué te estarás preguntando ¿Para que son estos cables? Pues bien te lo diré. Los voy a conectar a una caja de electricidad y pondré los extremos aquí en tu sien. Voy a calibrar la cantidad de voltios que quiero promocionar para que empieces a sufrir. — Trago saliva y veo va y trae la caja que dije y conecta los cables — Esto será muy divertido.
Intenta ponerme esos malditos cables pero busco la manera de evitarlo, pero al final logra ponerme esas cosas y mis lágrimas empieza a correr mientras lo veo como toma la caja y revisa los botones.
— Por favor no lo hagas... Piensa en los momentos buenos que pasamos, Simón por favor no sigas con esto....
— ¿Es que no entiendes que nunca hubo un buen momento entre nosotros? Te odio Mariana, pero no te voy a matar, todavía no. Sólo quiero que sufras un poco hasta que decida acabar contigo, más bien me lo vas a rogar para que te mate.
Intento volver a intentar que él entre en razón, pero aprieta el botón y siento un dolor horrible que hace que grite y me retuerce.
— ¡DETENTEEEE...!
Se detiene y empieza a reír al ver como sufro a causa de los toques eléctricos.
— Eres muy cobarde primita apenas era un toque leve. Vamos a ver cómo te poner ahora que voy subirle la potencia.
Vuelve apretar el botón y el dolor es mas fuerte que el anterior, mis lágrimas salen y siento que mi cabeza va explotar, grito mientras mi cuerpo se retuerce. Así estamos no se cuántas horas, cuando por fin lo apaga me siento cansada y mis ojos pesan, todo me da vuelta y tengo ganas de vomitar.
— No, no, no. — se acerca a mí y me toma del mentón para que lo vea — todavía no te vas a desmayar. Quiero divertirme contigo un poco más.
— No...., no más..... por.... Favor.
— Qué linda, me lo pides de buena manera. Vamos primita solo un poco más y te dejaré tranquila para seguir con otro jueguito.
Se aparta de mí y vuelve nuevamente con lo que estaba haciendo, yo ya no siento mi cuerpo, estoy aturdida solo quiero que me mate ya no soporto esto.
— Ya..... Simón.. Mátame y acaba con esto.... No sigas con esta tortura. — suplico sin fuerzas.
— ¿Tan rápido estás pidiendo que acabe contigo? Apenas el juego comienza.
— Ya.... No lo soporto... ¡Mátame, ya termina con esto! — pido llorando.
Simón suelta una risa y vuelve nuevamente con los toque, de pronto ya no siento más dolor y mareada veo como Fernando tiene apartado a Simón de la caja de control.
— Señor no siga con esto.
— ¿Cómo dice? Como te atreves a venir evitar que siga con mi venganza.
— Señor no quiero que se moleste pero..., pero está siendo muy duro con la princesa.
— No pedí tu opinión idiota. Sí yo quiero hacerla sufrir es mi problema no tuyo, eres solo un maldito empleado que está a mi orden y no tiene derecho a venir a decirme que tengo que hacer o no.