Capítulo 36.

1.2K 105 14
                                    

Lali.

No sé que tiene planeado Simón, pero sé que no es nada bueno. intento soltarme de amarre que me hizo, pero se me es imposible y más bien me estoy lastimando las muñecas. Mi desesperación crece y crece sin poder saber cómo salir de esto. De pronto la puerta se abre y él entra mirándome con una sonrisa. Lo veo caminar hacía un escritorio y abre uno de los cajones, lo veo que saca unos cables y no entiendo para qué. Se acerca a mí y me los muestras.

— Sé qué te estarás preguntando ¿Para que son estos cables? Pues bien te lo diré. Los voy a conectar a una caja de electricidad y pondré los extremos aquí en tu sien. Voy a calibrar la cantidad de voltios que quiero promocionar para que empieces a sufrir. — Trago saliva y veo va y trae la caja que dije y conecta los cables — Esto será muy divertido.

Intenta ponerme esos malditos cables pero busco la manera de evitarlo, pero al final logra ponerme esas cosas y mis lágrimas empieza a correr mientras lo veo como toma la caja y revisa los botones.

— Por favor no lo hagas... Piensa en los momentos buenos que pasamos, Simón por favor no sigas con esto....

— ¿Es que no entiendes que  nunca hubo un buen momento entre nosotros? Te odio Mariana, pero no te voy a matar, todavía no. Sólo quiero que sufras un poco hasta que decida acabar contigo, más bien me lo vas a rogar para que te mate.

Intento volver a intentar que él entre en razón, pero aprieta el botón y siento un dolor horrible que hace que grite y me retuerce.  

—  ¡DETENTEEEE...!

Se detiene y empieza a reír al ver como sufro a causa de los toques eléctricos.

— Eres muy cobarde primita apenas era un toque leve. Vamos a ver cómo te poner ahora que voy subirle la potencia.

Vuelve apretar el botón y el dolor es mas fuerte que el anterior, mis lágrimas salen y siento que mi cabeza va explotar, grito mientras mi cuerpo se retuerce. Así estamos no se cuántas horas, cuando por fin lo apaga me siento cansada y mis ojos pesan, todo me da vuelta y tengo ganas de vomitar.

— No, no, no. — se acerca a mí y me toma del mentón para que lo vea — todavía no te vas a desmayar. Quiero divertirme contigo un poco más. 

— No...., no más..... por.... Favor.

— Qué linda, me lo pides de buena manera. Vamos primita solo un poco más y te dejaré tranquila para seguir con otro jueguito.

Se aparta de mí y vuelve nuevamente con lo que estaba haciendo, yo ya no siento mi cuerpo, estoy aturdida solo quiero que me mate ya no soporto esto.

— Ya..... Simón.. Mátame y acaba con esto.... No sigas con esta tortura. — suplico sin fuerzas.

— ¿Tan rápido estás pidiendo que acabe contigo? Apenas el juego comienza.

— Ya.... No lo soporto... ¡Mátame, ya termina con esto! — pido llorando.

Simón suelta una risa y vuelve nuevamente con los toque, de pronto ya no siento más dolor y mareada veo como Fernando tiene apartado a Simón de la caja de control.

— Señor no siga con esto.

— ¿Cómo dice? Como te atreves a venir evitar que siga con mi venganza.

—  Señor no quiero que se moleste pero..., pero está siendo muy duro con la princesa.

— No pedí tu opinión idiota. Sí yo quiero hacerla sufrir es mi problema no tuyo, eres solo un maldito empleado que está a mi orden y no tiene derecho a venir a decirme que tengo que hacer o no.

Protegiendo a la Princesa Där berättelser lever. Upptäck nu