Capítulo 30.

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Lali.

Miro a mi madre preocupada, no se cómo fue que se enteró sobre lo de Antonio, ya que di la orden a todos que se mantuvieran callados. Sabía que tarde o temprano tendría que contarle toda la verdad, pero me es difícil hacerlo. Tomo una larga respiración y la suelto lentamente.

— Mamá.... — intento tomar sus manos pero ella se aleja.

— No Mariana, quiero que me digas las verdad.

— Está bien lo haré. Vamos a sentarnos por favor. — caminamos a la sala y tomamos asiento. Miro a Peter con tristeza. — ¿puedes dejarnos a solas? — él asiente y se va. — Mamá lo que te voy a decir es muy difícil, por favor quiero que mantengas la calma y no te pongas mal.

— Mariana ya basta de tantas vueltas. Dime qué está pasando ahora mismo.

— Está bien.... Antonio ya no está más con nosotras porque no era la persona que dijo que era. Mamá, Antonio fue el causante de todo lo que pasamos... los atentados en mi contra, la muerte de mi padre... es quien te estuvo envenenando junto a la ex cocinera... — mis ojos se llenan de lágrimas.

— Eso no es cierto. Mariana no puedes decir eso, debe ser un error. Antonio siempre.... Dios no puede ser verdad.

— Lo es mamá. La cocinera contó todo y se encontraron pruebas en donde todo lo causa.

— Me niego a creerlo. — se pone de pie y veo como ella está temblando. — Antonio siempre nos cuido y respetó, protegía a tu padre... No puedes ser verdad que él fue el causante de todas nuestras desgracia. Quiero verlo, quiero que me mire a la cara y me diga toda la verdad.

— Eso no se va poder....

— ¿Por qué no? Quiero ir a verlo y no me vas a negar.

— Mamá pasa que Antonio... Murió. Tuvo una pelea en el reclusorio y no sobrevivió. — mi madre se tambalea y me apresuro a ir junto a ella y la ayudo a sentarse. — por eso no te quería decir nada ya que todavía no estás bien.

— Antonio no puede estar muerto..... — ella comienza a llorar. — él no puede estar muerto.

— Mamá. Él no merece que llores y te sientas mal. Antonio es el causante de la muerte de mi padre, quien me quería ver muerta y sobre todo te intentó matar... Así que no merece que llores por él.

— No puedo evitarlo... Y todo lo que me dices es muy difícil creerlo, hija... Antonio siempre estuvo cerca de nosotras, no cuido, no entiendo la causa de lo que llevo a traicionar a esa manera. Sí él estuviera vivo, yo sé que sabría la causa de lo que llevo hacerlo, pero no logro asimilar que él sea... — se pone de pie. — me iré acostar porque no me siento bien. Y Mariana ya no quiero que me vuelvas a ocultar cosas así nunca más, yo tengo derecho de saber lo que está pasando. ¿Estamos claro?

— Sí mamá....

La veo irse y me tapo la cara con mis manos. Entiendo el dolor que está sintiendo mi madre en este momento porque yo también me siento así. Antonio fue como un segundo padre para mí, saber lo que hizo en nuestra contra hace que el dolor sea más grande, pero no puedo estar sufriendo por alguien que no se lo merece, alguien que no le importó hacernos tanto daño. Así que no voy a seguir sintiendo tristeza por alguien que no lo merece. Lo mejor es olvidarlo y seguir con nuestra vida. Ahora ya no hay más secretos ya mi madre sabe todo, ahora es seguir adelante y concentrarme en todo lo que conlleva con el país. Así que mejor concentrarme en aprender y así ya tomar el mando.

Me pongo de pie y me voy a mi cuarto, cuando entro medio sonrió al ver a Peter sentando en la cama. Me acerco a él y lo abrazo ya que necesito tenerlo cerca.

Protegiendo a la Princesa Where stories live. Discover now