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—Un momento

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—Un momento... ¿eso es todo?— acababan de relatarme la batalla.— ¡No quemaron el cuerpo del dragón!— alcé la voz sin querer evitarlo, eso hizo que Sharkyl se colocara en posición de ataque, lista para tostar al par de guardias con los que hablaba.

—Shiera...— suspiró con un hilo de voz, al ver cómo mi aterradora criaturita bufaba cerca de su rostro.

—Tranquila.— acaricié su lomo haciendo que se girara y los soldados pudiesen respirar un poco más tranquilos.— Vuela. — ella obedeció, desplegó sus alas, se elevó hasta la altura de las velas del barco y desde allí seguía vigilando que nada me ocurriera.

Este no era un buen lugar para un dragón, tenía demasiada rabia acumulada por el estrés. Además, no se le daba bien pescar.

—Debéis comprender mi enfado, el rey de la noche cuenta con un dragón resucitado.— eché la cabeza hacia atrás, solo había alguien que conseguía calmarme en estas situaciones, pero Dakho debía quedarse en tierra por capricho de la reina.

—No estamos seguros de que pueda traer de vuelta un dragón...— balbuceó el más alto.

—Por supuesto que puede, lo hace con personas y animales.— me golpeé la frente con la palma de la mano tratando de comprender porqué seguía hablando con aquel par de tarados.

Sharkyl rugió frustrada al perder otro pez que se escapaba entre sus garras.

—¿Hay noticias sobre Cersei?— se miraron el uno al otro y encogieron los hombros a la vez.— Estoy harta.— Sharkyl bufó de nuevo con más fuerza haciendo que toda la tripulación se sobresaltara.

Grité su nombre y ella descendió para que yo pudiera subir en su espalda.

—Vuela.— dije y pronto habíamos subido unos diez metros.— Dracarys.— ordené señalando un tiburón tan grande que se le veía claramente a través del agua.
Se inclinó para soltar una llamarada, pero yo perdí el equilibrio cayendo al agua.

La aleta del tiburón describió una línea recta dirigiéndose hacia mí sobre el agua y Sharkyl rugió desgarradoramente lanzándose en picado, pero ambas sabíamos que no llegaría a tiempo.
Era una pésima nadadora, aún así avancé unos metros en la dirección contraria al tiburón impulsada por la adrenalina.

Mi vida pasó ante mis ojos, unos pocos recuerdos felices que dejaron en mí una sonrisa para recibir a la muerte.

Shiera Waters, la Targaryen perdidaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon