11

3.5K 316 2
                                    

—Debes ser Shiera

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Debes ser Shiera.— un hombre bajo estaba esperándome cuando llegué a la playa, fue fácil reconocer a Tyrion Lannister.— Sin duda pareces una Targaryen.

—Soy una Waters.— no me sentía como una noble, ni quería serlo.

— La sangre de dragón está en tu interior.— hizo un gesto para que me sentara en una silla junto a la suya.— El rey Jahaerys solía decir que la grandeza y la locura son las caras de una misma moneda.— hizo una pausa para servir dos vasos de vino y ofrecer uno a Shiera.— Cada vez que un Targaryen nace los dioses tiran esa moneda y el mundo aguanta la respiración para saber de qué lado cae.

—Yo...— «no soy una Targaryen» pretendía decir antes de que la interrumpiera.

—¿De qué lado ha caído vuestra moneda?— no sabía qué responder, un poco de carácter sí tenía pero locura era exagerar.

—Los Water no tenemos monedas que lanzar.—concluí dando un sorbo de vino.

—Bien, bien...— me fijé en la botella, sin duda era de Alto Jardín, había robado mucho de ese vino y ya estaba acostumbrada a su sabor.—Shiera, nadie debe saber de tu existencia.— dijo de pronto, haciendo que me atragantara, no se habían preocupado por mi existencia hasta este momento.

—¿Por qué?— dije al dejar la copa vacía sobre la mesa.

—Eres el futuro de los Targaryen. Daenerys se está interesando por el Norte, tú debes quedarte aquí sana y salva.— de pronto su forma de hablar cambió, cargando todo el montón de peso que llevaba el apellido sobre mí.

—¿Daenerys luchará junto a Jon Snow?— él era toda una leyenda, el bastardo resucitado, un ejemplo a seguir para los bastardos como yo.

—El invierno se acerca y los Stark lo conocen bien.— supuse que eso era una especie de metáfora.

—¿Lo que pretendéis es que me esconda?— vivía en una cueva, mantenerme oculta era lo mío.

—Cría a tu dragón y cuando sea el momento saldrás a la luz.— se sirvió otro vaso de vino pero paró justo antes de verterlo en el mío.— ¿Te sentará mal otra copa?

—Podría tumbarte bebiendo.— y eso que él era todo un profesional.

Shiera Waters, la Targaryen perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora