36

616 37 10
                                    

-¿Estás mejor? -susurró mi hermana, con una mirada de comprensión.

Llevábamos todo el día en el centro comercial más grande de la ciudad, de compras, y habíamos comido juntas en el Foster's Hollywood, como era nuestra tradición. Ahora estábamos descansando en una cafetería, antes de volver a casa, cada una con un batido gigante delante de nosotras.

No había querido sacar el tema, pero Sarah sabía que no podía evitar estar intranquila por Dani.

-En realidad sí -le sonreí-. Me viene bien no pensar mucho en el tema, pero... no puedo evitarlo. Me preocupa de verdad.

Mi hermana vaciló un instante, jugueteando con la pajita de su batido, y luego me miró a los ojos de una forma que me inquietó bastante.

-Álex... no crees que te pueda estar engañando con otra, ¿verdad...? Con Nerea -precisó.

Así que ahí estaba la cuestión. Lo imaginaba.

Enseguida negué con la cabeza, arrugando la nariz.

-En realidad no somos nada serio -le recordé, aunque a estas alturas, para qué negarlo, me dolería que Dani hiciera algo con alguien. Y mi hermana lo sabía-. Pero sé que Dani no se liaría con ella, al menos no por voluntad propia. La detesta. Aunque me preocupa... Nerea tiene una capacidad flipante para manipularlo -suspiré-. Pero no creo que esté con ella. Me lo prometió.

-Sinceramente, yo tampoco lo creo... pero Nerea no es una persona de fiar, y parece que está obsesionada con él. Pero últimamente no se os ha acercado, ¿no?

-A mí no -negué con la cabeza-, pero no sé. No creo que nos vaya a dejar en paz tan fácilmente. Y aún así, Dani se trae algo entre manos. Y eso es lo que me preocupa de verdad.

-Eso es algo de lo que él te ha advertido siempre. Y Nerea también-me recordó Sarah.

-Lo sé, pero después de tan tan mal como me lo han pintado, los problemas que hemos tenido entre nosotros por "eso" en lo que Dani se supone que está metido... ¿esperas que no me preocupe?

-Claro que no, pero qué remedio te queda.

-No lo sé, espero que Dani sepa lo que se hace -me encogí de hombros-. Estamos hablando de Daniel Oviedo. No me esperaba que fuera una relación convencional, o que pasara veinticuatro horas al día pendiente de mí. Siempre ha sido muy independiente y solitario. Y no pretendo, ni quiero, que cambie. Me gusta así -sonreí-. Y yo tampoco quiero un novio coñazo, eh -renegué-. Lo que faltaría. Es solo que espero que tenga cuidado.

-Bueno, hasta ahora nunca le había pasado nada, ¿no? Pues ya está.

-Que nosotras sepamos -mascullé, y Sarah se echó a reír.

___________________

Unas horas más tarde, me encontraba sentada en el sofá de mi casa, en pijama, comiendo Doritos y viendo Pesadilla en la cocina, aburrida. Sarah había salido al cine y a cenar con Álvaro, que aún no era su novio... pero casi. Yo había intentado llamar a los chicos, pero esa noche todos estaban ocupados con cumpleaños, comidas familiares y demás. Y de Dani no sabía nada desde el día anterior, cuando nos despedimos al salir de clase. Así que esa noche estaba sola.

Resoplé por vigésima vez en lo que llevaba de noche, mientras me recogía la melena en un moño en lo alto de la cabeza.

Ángel de la guarda (Daniel Oviedo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora