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Los días pasan sin mejora alguna, simplemente los minutos se convierten en horas, las horas en días y los días en semanas. He perdido la cuenta de las veces que he llorado en silencio hasta quedarme dormida, o como me he descargado furiosamente en la ducha, mientras el agua que cae contra la baldosa y la música que coloco amortigua mis gritos y mi sufrimiento.

Había perdido a mi bebé, había tenido un accidente del que a todo el mundo aún le gusta hablar. La televisión, las redes sociales y todo medio de comunicación ha estado pendiente de lo que ha sucedido conmigo, de como yo no me he manifestado y como Harry ha estado completamente desaparecido. Lo último que escuché hace unos días, es que tuvieron que cancelar una serie de conciertos por qué nadie estaba realmente en su mejor momento.

En otro tiempo me habría importado, ahora, ahora todo me da igual.

La Universidad terminó hace dos días, mis profesores fueron lo suficientemente humanos para dejarme rendir los exámenes más tarde que el resto de mis compañeros. Ellos entendieron el accidente y también ayudó la licencia médica que me dieron en Los Ángeles. El estudiar para los exámenes fue lo único que me mantuvo medianamente cuerda los últimos días, me mataba estudiando y llenando mi cabeza con pensamientos que no tuviesen que ver con pies y manos diminutas, un cabello rizado y unos ojos azules. Desplazaba de mi cabeza, al menos momentáneamente el pensamiento de un bebé que ya no llegaría.

Gracias a esas malditas hijas de puta.

Creo que jamás en mi vida había odiado tanto a alguien, o en este caso a un grupo de personas. Pero con todo lo que ocurrió solo puedo desearle lo peor a cada una de las malditas pendejas que estuvieron involucradas en lo ocurrido.

No he vuelto a casa, no he contestado el teléfono y no he ingresado a ninguna red social. No puedo, no ahora y dudo que pueda hacerlo pronto. A los únicos que veo y con quienes esporádicamente hablo son, Camilla, Cameron y Douglas.

Douglas... Dios mío, no sé qué sería de mí sin ese chico. Ha sido mi salvación, mi ángel y mi ancla en todos estos momentos, no me miró con lástima cuando le conté lo del bebé y me sostuvo entre sus brazos cuando me derrumbé al terminar de contarle.

Estoy tan destrozada, que dudo que algún día vuelva a ser la misma de antes.

Mamá no ha preguntado mucho, simplemente me abraza, besa y proporciona protección cuando más lo necesito, no hizo preguntas cuando le dije que no quería hablar con Harry y que si se aparecía por casa no quería verlo. No preguntó porque siempre despierto con los ojos hinchados y rojos. Mamá no hace preguntas, pero sé que sabe que hay algo más que escondo.

Hay veces en las que quisiese despertar con amnesia, olvidarme de todo lo que ha ocurrido, olvidarme de Harry y de todas las estúpidas cosas que me hacen quererlo y apoyarlo. Olvidarme de lo ocurrido y despertar siendo otra persona.

Pero no se puede. No es posible, y tengo que vivir con ello.

Y eso es una verdadera mierda.





+





—Estaba pensando...—comienza a decir Douglas, le miro, quito mi mirada del techo y le observo—...que podría llevarte a un lugar.

—Douglas...—Menciono y estoy a punto de refutar pero me hace callar.

Amnesia《 Libro 01 》H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora