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Cuando el día en el que debemos volver a casa llega, todo se siente como si fuese en cámara lenta. Creo que no falta decir que nadie quiere irse, todo aquí ha estado tan tranquilo y relajante que sería de locos que alguien quisiese largarse de aquí. Pero debemos hacerlo, los chicos tienen un descanso de cinco días antes de volver a la gira y todos viajaremos hasta Los Ángeles, donde nos separaremos para ir hacia nuestras casas y hacer lo que queramos. La verdad es que la realidad está a la vuelta de la esquina y debo hacerme la idea de ello.

Mientras abordamos el avión me despido mentalmente de Brasil. Nos acomodamos en los diversos asientos, sonriéndoles a los demás miembros del equipo y buscamos nuestros lugares hasta que estamos sentados y cómodos en ellos. Harry reposa su cabeza en mi hombro y yo no pierdo un instante en llevar mis manos hacia su cabello para sumergir mis dedos en el. Siempre es tan sedoso y suave, con lo único que puedo compararlo es con un animal de felpa.

—¿Lo pasaste bien estos días? —Pregunta rompiendo el silencio que se ha establecido entre nosotros.

—Sí, la verdad es que sí, me relajé bastante.

—Me encantó tenerte aquí—se acomoda mejor contra mi cuerpo—lo mejor de todo, era despertarme y verte ahí, a mi lado, cada mañana.

—Eres tan tierno cuando te lo propones, ¿lo sabes no?

—Lo soy solo contigo.

—Y con tus fans—contesto. 

Inmediatamente me mira.

—Es diferente

—Lo sé—me arrepiento de mis palabras en cuanto noto su mirada—lamento que sonara grosero, no quería que fuese así.

—Descuida. —me sonríe, pero no es la sonrisa de Harry.

Asiento. Más aun no digo nada, simplemente busco su mano y la entrelazo con la mía. Su tacto es caliente y confortable. Me trago un suspiro y rezo en silencio, pidiendo que las cosas tan maravillosas que pasamos en Brasil, las sonrisas honestas y el amor en el aire, no se desvanezcan en cuanto lleguemos a casa.

Necesito sentirme de la misma manera con Harry cuando lleguemos a Londres.






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El viaje es agotador. Nos toma muchísimas horas de viaje, escalas y despedidas el llegar a casa. Pero en cuanto he cerrado la puerta de nuestro departamento y Harry ha encendido las luces, todo vale la pena. Tengo el cuerpo extremadamente cansado y los ojos me pesan de sobre manera, pero necesito urgentemente tomar una ducha. Apesto y siento que huelo a avión y eso no es agradable. Le doy una sonrisa a Harry en cuanto se ha sentado en el sofá y yo me he quitado los zapatos.

—Iré a darme una ducha

Le veo enarcar las cejas y verme con una sonrisa en sus labios

—¿Es una invitación?

Me quedo en silencio, la verdad es que no lo había pensado de esa manera, simplemente quería decirle lo que haría. Pero ahora mismo, ahora que la idea se ha metido en mi mente y esta la ha procesado no suena mal. Amo las manos de Harry masajeando mis hombros húmedos por el agua, me encanta sentir su cuerpo pegado al mío y sus brazos cubriéndome mientras nos quedamos ahí, simplemente dejándonos mojar.

—No suena mal ¿te unes?

—Te alcanzo ahí.

Me meto dentro del cuarto de baño luego de haber encendido la calefacción. Luego de haber estado una semana en un lugar de clima caliente, el llegar a Londres se siente como una tortura, casi como si estuviese en la antártica completamente desnuda. Enciendo el agua, dejándola caliente y me desvisto. Tuerzo mis labios cuando me doy cuenta de que debo visitar a mi amiga Angélica, todo mi cuerpo necesita una depilación.

En cuanto el agua caliente toca mi piel, suspiro. Es una sensación tan malditamente buena, es como cuando tienes muchísimo frío y entras a un lugar donde hay mucho calor y todo está bien. Estoy empapándome cuando Harry entra al cuarto, no le toma nada desvestirse y meterse bajo el agua conmigo.

—Está caliente—se queja, pero noto como su piel comienza a acostumbrarse.

—Está rica, cállate.

Harry ríe, pero me abraza de todos modos, el agua golpea nuestros cuerpos y yo sonrío; porque amo esto, amo tener a Harry para mí, amo sentirle cerca.

—Me encanta esto—susurro

—¿Tenerme desnudo y mojado en la ducha?

—Además de ello—me río—me refiero a tenerte aquí, conmigo.

—A mí también me gusta, me fascina sentirte entre mis brazos.

Le veo tomar el shampoo de la repisa de la esquina y luego siento sus manos en mi cabeza. Cierro los ojos y le dejo hacerme sentir bien.

De vuelta en nuestra habitación, ya completamente secos y vestidos para dormir, nos dejamos caer en nuestra cama como un peso muerto. La comodidad del colchón y la suavidad de las sabanas se sienten de maravilla contra nuestros cuerpos exhaustos.

Me acurruco contra el cuerpo de Harry envolviéndome contra él. Beso su barbilla y suspiro.

—Buenas noches amor—susurro.

—Buenas noches preciosa, descansa.

Entonces me duermo, de golpe, con la respiración de Harry contra mi cabello y el calor de su cuerpo contra el mío. 

Deseando que siempre fuese de esta manera

Amnesia《 Libro 01 》H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora