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La ropa está esparcida a lo largo de todo el suelo de nuestra habitación, la luz de luna es la única claridad evidente que nos refleja mientras Harry y yo hacemos el amor. Su cuerpo, el mío moviéndose en sincronía, a un solo ritmo, reconociéndose, amándose. El sudor emergiendo de nuestros poros, al mismo tiempo que nos movemos entre las sábanas entregándolo todo.

Me muevo, primero lento, luego acelerando, llevándonos una vez más al filo de un precipicio de placer que nos hace gemir y balbucear inentendibles palabras. Presiono mis músculos internos mientras meso mi cuerpo hacia delante y hacia atrás logrando que Harry gruña y sujete con más fuerzas mis caderas enterrando sus dedos en mi sensible y muy marcada piel.

Repito el proceso, llevándonos al filo de un orgasmo que nos destrozará. El estar sobre él llevando el mando de la situación me hace sentir poderosa, me hace sentir deseada y sobre todo a pesar de que los ojos verdes de Harry están cargados de placer me miran con tanto amor, con tanta adoración que una sensación de calidez totalmente ajena al orgasmo se aloja en mi pecho.

Viendo a Harry en la posición en la que se encuentra ahora mismo puedo decir que no hay nada que me guste más que verle mordiéndose el labio, totalmente entregado al placer carnal que nos entregamos. Me encanta sentir sus manos en mi cuerpo, recorriéndolo, reconociéndolo. Me encanta el roce de nuestras pieles sudorosas, me encanta como los rizos rebeldes de su cabello se pegan a su sudada frente.

Siento el típico cosquilleo interno recorrer desde mi columna vertebral hasta mis piernas, aquella exquisita sensación que me obliga a moverme más rápido con más fuerza. Mi orgasmo está demasiado próximo, lo siento en cada célula de mi cuerpo, lo siento en el bajo vientre.

—Uhm—Murmuro sujetándome cómo puedo del pecho de Harry, mis manos sudadas se resbalan y me es casi imposible mantener los labios cerrados evitando que los sonidos que en algún momento pueden parecer vergonzosos salgan de ellos—Ha-harry.

—Lo sé nena—Su voz completamente ronca no hace más que encender en un punto máximo las cosas, su voz ronca logra en mí un escalofrío placentero. —Estoy llegando también.

Sus manos ansiosas se posicionan en mis pechos desnudos, los acuna con delicadeza antes de erguirse y llevarse uno a la boca, mi pezón se pierde en la suavidad y humedad de su boca y grito de manera obscena cuando muerde este mismo y lo acompaña su traviesa lengua.

—Harry—Medio gimo, medio grito no pudiendo sostener mucho más la sensación en mi cuerpo, exploto en un orgasmo que logra hacer las lágrimas caer.

Harry me acompaña segundos más tarde dejándome sentir esa explosión dentro de mí que me impide mantenerme en mi misma. Me derrumbo contra su pecho jadeando, en busca de aire.

Sus grandes y tatuados brazos acunan mi exhausto y sudoroso cuerpo contra el suyo logrando de esta manera que ambos quedemos en un integrante silencio, uno que no necesita ser llegado. La sensación post-orgásmica aún está en nuestro organismo y las palabras normalmente sobran en un momento así.

En cuanto logro recuperarme, cuando el aire ya ingresa y sale con normalidad de mí, me muevo de tal manera que mi cabeza queda justamente frente al rostro cansado de mi novio, posiciono uno de mis brazos por debajo de mi barbilla y me sujeto de esta manera. Me quedo simplemente viéndole, observándole casi con adoración. La manera en la que amo a Harry, la forma en la que no me importa sacrificarme por él puede ser abrumadora.

Noto su mirada posada en la ventana de nuestra habitación mientras que su rostro refleja una mueca que no logro descifrar. Verlo así, aquí, a mi lado, hace que las ganas de llorar me invadan una vez más. Lo había extrañado tanto, había anhelado tenerlo a mi lado durante meses desde que se había ido de gira y que haya vuelto a casa solo por un problema que yo misma cause no era algo que me gustara precisamente.

Amnesia《 Libro 01 》H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora